Publicado en Octubre de 2016 en la revista en línea Prostitution et Societé. Autor: Benoît Kermorgant Artículo original: http://www.prostitutionetsociete.fr/eclairage/comprendre/article/le-consentement-et-ses-ambiguites Traducción: María Teresa Sorolla Serrano Colaboración: Maura Lopez Si hay un freno que obstaculiza las luchas feministas desde sus orígenes es sin duda la noción del consentimiento de las víctimas, objeto de debates sin fin. Frecuentemente evocado, a menudo a lo largo de un juicio penal mediático, se caracteriza en realidad por fallas tanto en su definición como en su aplicación jurídica. Realmente, el famoso “consentimiento” que solo se utiliza para hablar de agresiones contra mujeres, no permite contar con una perspectiva suficientemente amplia con respecto a todas las situaciones de agresión sexual ni sobre lo que genera la violencia machista.
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Nuestra terapeuta feminista, Hillary McBride, responde tus preguntas todos los meses. Publicado 03 de Noviembre 2017 Por: Hillary Mcbride Traducción: Tilo Pez Link original: http://www.feministcurrent.com/2017/11/03/feminist-therapy-quitting-porn-avoiding-transference-dealing-gynecologist-trauma/ Soy una terapeuta, pero no soy su terapeuta. La terapia, en mi opinión, no es solo la información que doy, sino la relación individual y de mutua confianza que se construye con cada paciente, cuando se conocen sus necesidades, puntos de fuerza y desafíos. Esta columna no pretende sustituir la terapia individual. En caso de duda, hable con un terapeuta sobre estos temas, preferiblemente alguien que lo conozca, con quien usted se sienta seguro y que esté preparado para brindarle el apoyo que necesita. ** Todas las preguntas que he recibido son complejas y profundamente sinceras. Gracias por vuestros envíos. Las preguntas respondidas en la columna de este mes se han editado respetando la longitud y la privacidad, intentando de preservar la pregunta original. Enlace original: https://ressourcesprostitution.wordpress.com/2017/08/17/femmes-migration-et-prostitution-en-europe-il-nest-pas-question-de-travail-du-sexe/ Publicado por Ressourcesprostitution – En el diario DIGNITY (Red de mujeres emigrantes) 17 de agosto 2017 Autora: Anna Zobnina Traducción: Tilo Pez Colaboración: Maura Lopez Foto ©Nicolas Economou Nuestra terapeuta feminista, Hillary McBride, responde tus preguntas todos los meses.Publicado 03 de Noviembre 2017 Por Hillary Mcbride Traducción de Tilo Pez Link original: http://www.feministcurrent.com/2017/11/03/feminist-therapy-quitting-porn-avoiding-transference-dealing-gynecologist-trauma/ Soy una terapeuta, pero no soy su terapeuta. La terapia, en mi opinión, no es solo la información que doy, sino la relación individual y de mutua confianza que se construye con cada paciente, cuando se conocen sus necesidades, puntos de fuerza y desafíos. Esta columna no pretende sustituir la terapia individual. En caso de duda, hable con un terapeuta sobre estos temas, preferiblemente alguien que lo conozca, con quien usted se sienta seguro y que esté preparado para brindarle el apoyo que necesita. ** Todas las preguntas que he recibido son complejas y profundamente sinceras. Gracias por vuestros envíos. Las preguntas respondidas en la columna de este mes se han editado respetando la longitud y la privacidad, intentando de preservar la pregunta original. Julie Bindel estudia la prostitución y denuncia lo que ocurre en la zona roja de Vancouver20/11/2017 Por Lori Culber 12 de noviembre de 2017 Texto original: http://vancouversun.com/news/local-news/prostitution-expert-doesnt-like-what-she-sees-in-vancouvers-downtown-eastside Traducción: María Arenas Bardisa Colaboración : Noemí Orellano Las empresas tecnológicas apoyan bajo presión el proyecto de ley contra el tráfico sexual20/11/2017 Por Nitasha Tiku Original: https://www.wired.com/story/under-pressure-tech-companies-back-anti-sex-trafficking-bill/ Traducción: Ismael Lopez Colaboración: Bella Bel Lo importante no es lo que el posmodernismo dice que hace, lo importante es entender cómo funciona de verdad.
Por Karla Mantilla Traducción: Raquel Rosario Sánchez Texto original https://sisterhoodispowerful.wordpress.com/2014/02/21/let-them-eat-text-the-real-politics-of-postmodernism/ Por Rae Story Publicación original: 2 de junio 2017 Traducción del inglés: María Arenas Bardisa Colaboración: Gio Cerutti Original: https://nordicmodelnow.org/2017/06/02/male–art–that–dehumanises–women–vs–female–art–that–illuminates–the–reality–of–sexual–violence–and–female–objectification/
La asociación Sisters exige una mayor protección para las mujeres prostituidas Según la nueva normativa, las mujeres prostituidas deberán registrar su actividad. Autor: Mathias Bury Traducción: Hanna Petrakova
Julie Bindel revela que la campaña con el hashtag #NotYourRescueProject, supuestamente liderada por “trabajadoras sexuales”, fue en realidad creada por Dr. John Davies haciéndose pasar por las mujeres a las que traficó y prostituyó. Molli Desi John Davis
Texto original: http://www.feministcurrent.com/2017/11/02/notyourrescueproject-white-middle-class-academic-masqueraded-women-trafficked-pimped/ Traducción: Camila De María ¿Cómo funciona el modelo sueco en la práctica? ¿Los profesionales alemanes del área de justicia y trabajo social lo consideran aquí factible? La Embajada de Suecia y EMMA les hicieron una invitación para ir a Berlín y asistir a un evento único en Alemania, con un resultado esclarecedor. Texto original: https://www.emma.de/artikel/schwedischer-weg-deutscher-irrweg-316663 Traducción: Adriana Zaborskyj Las llamadas “trabajadoras sexuales”* en Australia y Nueva Zelanda hablan de la realidad de la “profesión más antigua del mundo”, un horror que conlleva desde tener que defenderse de los puteros hasta ser “embotelladas” y violadas Por Kirby Spencer Publicación original: 29 de octubre de 2017 Texto original: http://www.dailymail.co.uk/news/article-5004885/Violence-faced-Australian-New-Zealand-sex-workers.html Traducción del inglés: Atenea Acevedo
Las autoras de este artículo son valientes activistas y feministas ucranianas que el Día Europeo contra la Trata de Seres Humanos salieron a la calle para llevar a cabo una acción abolicionista ante la Embajada de Alemania en Ucrania.
Dra. Ingeborg Kraus Original en Inglés Enlace: http://www.trauma-and-prostitution.eu/2017/10/11/abolition-means-love/ Traducción: María Arenas Bardisa Esta es la introducción de una charla celebrada en Estocolmo, Suecia, el 2 de octubre de 2017 durante la Conferencia sobre Comercio Sexual organizada por TALITA. Este pasado año Simon y yo fuimos de tour alrededor de Canadá y formamos, de verdad, un gran equipo. Yo era “la mala” al hablar de la situación en la que se encuentra Alemania mientras él era el “bueno”, el que ofrecía soluciones. De modo que él me dijo: “Bueno Ingeborg, tú también deberías venir a Suecia”. Yo le pregunté: “¿Que podría hacer yo en Suecia? La gente me perseguiría”. Él me contestó: “Bueno ya sabes… estamos tan acostumbrados a la ley que la gente ni siquiera es consciente de lo afortunada que es”. Hace 15 años, Alemania, en contraste con Suecia, escogió la legalización del proxenetismo sin regulaciones y ello condujo a la creación del infierno en la tierra. No voy a entrar en detalles pues Manuela Schon retomará el tema esta misma tarde. Sólo por poneros dos ejemplos diré que antes de venir aquí, dos inspectores de la policía me dieron información. Helmut Sporer me dijo que la prostitución había aumentado en un 30% desde 2002. Me dijo que habían cometido un tremendo error al implementar esa ley y que habían tomado el camino equivocado. Para Sporer, la prostitución no tiene nada que ver con la liberación sexual pues es tan solo el dinero lo que realmente cuenta. El provecho de este negocio es enorme: estamos hablando más o menos de 15 mil millones de euros en transacciones por cada año. A día de hoy tenemos burdeles con tarifa plana y al pagar 50 euros consigues una cerveza, una salchicha y mujeres de forma ilimitada. Los mega-burdeles han sido creados a consecuencia de la creciente demanda, como el “Pasha” en Cologne, con 10 plantas y 150 mujeres. Estamos observando una reducción en el importe del sueldo de las mujeres. Están cobrando alrededor de 30 euros pero también pagan 160 euros por la habitación y 25 euros de impuestos; es decir, antes de empezar a ganar dinero, deben atender al menos a 6 hombres. La violencia ha aumentado pues los prostituidores-clientes se han vuelto brutales y las prácticas sexuales se han vuelto más peligrosas y perversas. Antes de la ley de 2002, los prostituidores podían sentir algo de culpa en su conciencia. Eso ya no existe. Desean más y más. El idioma ha cambiado, las mujeres están siendo deshumanizadas y son llamadas “carne fresca” y/o“nuevos bienes”, es decir, con lenguaje propio de los supermercados. La prostitución de la manera en la que está dándose en Alemania, es como si las mujeres estuvieran siendo servidas en una cinta transportadora. Las mujeres de los burdeles alemanes son consideradas máquinas que deben producir más y más. Se ha convertido en una industria que explota los cuerpos de las mujeres bajo las más crueles normas del capitalismo, alejándose por completo de lo que define a las relaciones humanas. Y, por supuesto, todo esto atrae al crimen organizado internacional. Manfred Paulus, un oficial de policía que ha trabajado 30 años en este medio dice que el distrito de las luces rojas es un entorno altamente criminal y que esta en las manos de esas bandas. Las personas que hicieron la ley en 2002 han pecado de total ingenuidad: han permitido que los criminales fueran vistos como hombres de negocios. Y, evidentemente, esta criminalidad no quedará tras las puertas de los burdeles. El estado se ha convertido en el proxeneta de las mujeres más vulnerables. Alemania se ha vuelto el burdel de Europa, pero sin sacrificar a sus propias mujeres. Hoy en día, aproximadamente el 90% de las mujeres vienen de fuera, sobre todo de países europeos pobres como Bulgaria o Rumanía. Estas mujeres –una vez han quedado destruidas por completo- son simplemente enviadas de vuelta. Puede usted imaginarse lo que significa esto para esos países. Imagine como sería si, cada año, 10,000 mujeres Suecas volvieran a Suecia totalmente traumatizadas tras su experiencia en los burdeles alemanes. Esto sería un desastre a nivel nacional, pues afectaría a la población por generaciones. Una situación con consecuencias como las que provoca la guerra requiere de un largo período de tiempo para recuperarse. ¿Cuál sería la razón por la que estas mujeres se han sacrificado, por la que han sido enviadas a una situación similar a la guerra? ¿Para proteger su país del terrorismo?, ¿De invasiones? No. ¡Estas mujeres han sido sacrificadas para que muchos hombres alemanes tengan sexo! En la actualidad, los políticos están tratando de realizar pequeños cambios en la ley. Como tratando de corregir el daño que se ha provocado. Pero esto no es suficiente. ¡Debe ser detenido! Necesitamos el modelo Sueco en Alemania. Cuando pensemos en legalizar la prostitución primero debemos plantearnos una importante pregunta: ¿Puede acaso la vagina ser usada como una herramienta de trabajo? ¿Puede usarse como se usa una aspiradora, limpiapipas o tubería? Desde el punto de vista médico no es posible, pues los órganos sexuales femeninos están conectados a través del sistema nervioso vegetativo con la totalidad del cuerpo, de forma más importante que en los hombres. Es como un sol que ilumina cada una de las partes de su cuerpo. Es por esto que cuando la mujer es tocada por una persona a la que ama, aunque sea fuera en su cuello o mano, puede excitarse. La vagina también está conectada directamente al cerebro. No puedes desconectar la vagina del cuerpo y del cerebro. Anatómicamente, no es posible. La prostitución solo es posible en un estado de disociación patológica. La prostitución no es nunca una elección, es, siempre, explotación sexual. Las mujeres quieren ser amadas no folladas. Luchar por la abolición de la prostitución significa enviar un mensaje de amor a todas las mujeres. En los tiempos que corren: la era de la digitalización y de los robots sexuales, nuestros valores son puestos a prueba. Necesitamos preservarlos y con respecto a nuestras relaciones, deberíamos elegir el amor. El hecho de que apartemos la mirada de la violencia a la que algunas mujeres son sometidas arroja luz sobre la existencia de las muchas disfunciones de nuestra sociedad. La necesidad de la abolición de la prostitución aún es puesta en duda, incluso por parte de aquellos que se definen como feministas aunque, en realidad, no es una cuestión difícil de entender. Basta simplemente con preguntarle a cualquier político si desearía que su mujer o hija fueran prostituidas. La respuesta será contundente: ¡No!. Entonces, ¿qué significa esto? ¿Acaso existen mujeres que son buenas…? o quizás… ¿Acaso existen mujeres que son tan malas que sirven para ser prostituidas y otras no? ¿Deberíamos permitir que las mujeres sean divididas en distintas categorías? Esto es, a su vez, el reflejo de una sociedad que divide. Es tratar de forma humana sólo a esa parte de las personas que son “parecidas a ella” pero ser mucho más inhumano e incluso cruel con el resto. De modo que: ¿qué dice de nosotros que dejemos de sentirnos afectados por el sufrimiento del prójimo? Estamos, como ya dijo Derrida: en guerra contra nuestra compasión. Aceptar la maldad es rendirse ante la violencia perpetrada hacia la mujer. Significa aceptar vivir en una sociedad que es injusta. Es el reflejo de la sociedad perdiendo su alma. ¿Por qué? y ¿Cómo es esto posible en una sociedad que se califica como democrática? ¿Por qué Alemania no es capaz de ver la violación de los derechos humanos fundamentales? ¿Por qué esta sociedad, especialmente con la historia pasada de crimen, se mantiene ciega ante la violencia contra la mujer? La pasada semana, Ángela Merkel fue re-elegida como nuestra canciller. A la vez, hemos sido testigos de la campaña electoral más aburrida. Muchos de los temas importantes ni siquiera han sido mencionados y, de hecho, la trata y la prostitución ni siquiera han sido considerados como temas a tratar, simplemente no se encontraban en la agenda política, no fueron temas debatidos sino totalmente ignorados. ¿Por qué? ¡Se trata de un problema serio! Conozco a una política que votó por el modelo Sueco en el Parlamento Europeo y en contra de él cuando se planteó en su propio partido político. Bueno, como psicóloga, yo diría que tiene personalidad múltiple. Pero ella no lo ve como una contradicción. Ella dice que ya que esa propuesta no saldría adelante decide dejar de luchar por ella. Esto define perfectamente el oportunismo. Muchos políticos temen sufrir una fisura en su carrera. No quieren arriesgarse en nada, por lo que no lucharán por cambios necesarios. Sin embargo, esta actitud expresa una crisis democrática. Estas personas están provocando un problema a escala global: están alimentando el aumento de los extremistas de la derecha que se puede observar no sólo en Europa sino que en todo el mundo. Señoras y señores, esto no es una broma. En el Congreso Mundial de la Salud Mental de la Mujer, que tuvo lugar este mismo año en Dublín, el mensaje fue claro: el desarrollo saludable y sostenible de la sociedad depende de la salud mental de la mujer. Y la salud mental de la mujer esta relacionada directamente con el respeto de sus derechos en la sociedad: la igualdad de género, la protección de todas las formas de violencia, los derechos de reproducción de la mujer y el acceso a la salud. Algunas imágenes del pasado año fueron preocupantes: la de Donald Trump rodeado de decenas de hombres firmando un decreto en contra del aborto. Por otro lado, la ley firmada por Putin autorizando la violencia doméstica. También el aterrador aumento del islamismo radical oprimiendo a la mujer en muchos países musulmanes. El mensaje del congreso de este año fue muy claro: la salud mental de la mujer debería ser una prioridad en las agendas políticas de todos los países. Aún queda por delante un largo camino, ¡Y estamos viendo la degradación de los derechos de la mujer en todo el mundo! Una fuerte llamamiento se ha dado desde este congreso: “¡Mujeres psicoterapeutas y psiquiatras de todo el mundo, entren en la política!” Pero, ¿Por qué las mujeres en Alemania no gritan?, ¿Por qué no corren a las calles y dicen que no quieren que sus hermanas sean violadas en los burdeles? Se quedan calladas. ¿Por qué?,¿Por qué las mujeres alemanas continúan calladas? Es necesario ser consciente de que la violencia sexual es el tipo de trauma más severo que la mujer puede experimentar. Las destroza, deja terribles secuelas en ellas. Es peor que lo que experimenta un soldado que regresa de la guerra con un trastorno de estrés post-traumático. Las mujeres que han sido violadas han sido traumatizadas a nivel mucho más profundo. Como terapeuta experta en trauma sé que cuando negamos la realidad, en el fondo existe un trauma todavía por superar. Pero es algo que no queremos ver porque da lugar a la llegada de dolor y miedo. Para hablar de trauma debemos entender sus dinámicas. La primera norma es mantenernos callados al respecto de lo que se le ha hecho a la persona. Cuando hablamos de trauma, también debemos pensar en el trauma individual y el trauma colectivo y como ambos afectan a nuestra comunidad. De modo que yo me pregunto: ¿Qué trauma aún no superado tendrán las mujeres alemanas para mantenerse en un estado colectivo de negación?, ¿Tendrá algo que ver con las violaciones en masa que sufrieron de mano de los soldados liberadores tras la segunda guerra mundial?, ¿Tendrá algo que ver con el abuso sexual a gran escala que todavía se da en Alemania?, ¿Será por la violencia psicológica y el acoso sexual al que aún se deben enfrentar? Este proceso mental de negar el trauma y reprimir el dolor aparentemente ha sido tan bien empleado por los alemanes que parece haberse transmitido de una generación a la siguiente. Como bien dijo Janet hace 100 años, si una no se sobrepone al trauma, este se repetirá. Me pregunto si este silencio que existe alrededor de la prostitución tendrá algo que ver con la historia. Las mujeres fueron violadas y tuvieron que mantenerlo en silencio. Ahora, los hombres violan y de nuevo se mantienen en el silencio. Para curar el trauma una debe ponerle palabras a lo que esta oculto y destapar las mentiras. Si quisiéramos revertir el trauma deberíamos contar la verdad. Esto también incluye un importante mensaje para una misma: no te mantengas callada, alza tu voz. Porque si nos mantenemos en silencio pasamos a formar parte del sistema del perpetrador y deshonramos a las víctimas. De modo que alza tu voz por aquellas mujeres que no pueden alzar la suya porque la sociedad no deja de encerrarlas en una mentira. Llegados a este punto quiero expresar mi mayor admiración hacia Josephina y Anna, quienes crearon TALITA porque estuvieron convencidas de que algo no iba bien en la sociedad y de que debían hacer algo al respecto. Gracias. Dra. Ingeborg Kraus Edición de Firdes Ceylan Texto original: https://www.reddit.com/r/Broadchurch/comments/65ylwa/for_those_of_you_who_argue_theres_no_link_between/ Traducción: Vanessa Gutiérrez · “Me gustaría mostrar lo que realmente los hombres quieren ver: violencia contra las mujeres. Creo firme mente que nosotros (los pornógrafos) servimos a un propósito mostrando este tipo de cosas. Lo más violento que podemos hacer en la realidad es corrernos en su cara. A los hombres les encanta ver esto, porque así se ponen a la altura de las mujeres que no pueden tener. Tratamos de inundar el mundo con corridas en la cara.” Bill Margold, veterano de la industria del porno, citado en Robert J. Stoller and I. S. Levine, Coming Attractions: The Making of an X-rated video; 1993. · “Mi única razón para estar en esta industria es satisfacer el deseo de los hombres en un mundo que, básicamente, no se preocupa por la mujer y lo que quiere es ver que los hombres de mi industria se ponen a la altura de las mujeres a las que no podían conseguir en su adolescencia o juventud. Creo firmemente en lo que digo… nos corremos en la cara de una mujer o la brutalizamos sexualmente de algún modo, y nos ponemos a la altura de los sueños de esos hombres. Lo creo. He oído a espectadores jalearme cuando hago algo repugnante en escena. Cuando he estrangulado o sodomizado a una persona, o me paso de bruto, la audiencia vitorea mi acción, y una vez que ya he satisfecho mi deseo más retorcido, la audiencia aplaude.” Bill Margold, veterano de la industria del porno, y miembro de Free Speech Coalition. · “No hay nada que me guste más que una chica que me dice que no quiere que le meta la polla por el culo, porque, ¡sí, claro que lo hará!” Max Hardcore, entrevistado para Hustler (Junio 1995). · Él (Sandler) descartó la idea de que su web “Campamento de la Violación” fomentaba la violencia contra la mujer en Camboya. “No tengo nada contra las mujeres”, explicó. “No se ha promocionado en esta comunidad” y como muy pocos camboyanos tienen acceso a internet, seguramente no lo vieron. Si su espectáculo de bondage fomentaba la violencia contra la mujer en EEUU, -la audiencia a la que se dirigía- era aceptable, incluso deseable. “Puede que fomente la violencia contra la mujer en EEUU, pero por mí bien. Odio a esas zorras. Siempre se pasan de la raya, y esa es una de las razones por las que hago esto. Estoy pasando por un divorcio ahora mismo. Odio a las mujeres estadounidenses. Dan Sandler - What pornographers really think of women (Deutsche Presse-Agentur, 14 October 1999). · “Las mujeres están aquí para servir a los hombres. Míralas, pero si tienen que ponerse de cuclillas para mear. Por dios, eso lo demuestra.” Larry Flynt, Hustler’s publisher, citado en The Anti-porn Resource Center. · “T.T. refleja exactamente la clase de porno que es cuando hace que la mujer grite como una loca y luego se corre en su cara. Lanza a las chicas de un lado a otro. Las maneja hasta que protestan. Él es simplemente agresión”. En una entrevista en Abril de 1995 para Hustler Erotic Video Guide, T.T. Boy dijo: “era muy tímido cuando empecé en el porno, ahora soy un tío que quiere follarse como un poseso a todas estas mujeres. Follármelas hasta la muerte”. Bud Swope y T.T. Boy, citados en “Stiffed” de Susan Faludi.
Texto original: https://theconversation.com/no-feminism-is-not-about-choice-40896 Traducción: Dina Weis El feminismo vuelve a estar de moda. Mientras que la presión reivindicativa de la ‘palabra con f’ se ha intensificado, figuras públicas, corporaciones y gran parte de los medios de comunicación han propulsado una versión no amenazante del feminismo en la conciencia popular. Es un “feminismo” que nunca menciona la liberación de la mujer, sino que opta por una celebración de la ‘elección’. Al leer cualquier artículo online sobre feminismo los comentarios se convierten en un debate sobre la elección. No parece que importe cuál es el tema, la gente es rápida en plantear la cuestión como ‘empoderamiento de la mujer’ y el derecho a decidir. Esto proporciona una distracción para evitar hablar de mayores estructuras de poder y de las normas sociales que restringen a las mujeres de distintas maneras en todo el mundo. Ha sido un gran mes para el ‘feminismo de la elección’. A finales de Marzo, la revista de moda Vogue lanzó un video en India, ‘My Choice’, como parte de su campaña ‘Vogue Empower’, que redujo literalmente el empoderamiento de las mujeres a un serie de elecciones. El video se hizo viral y como señaló Gunjeet Sra, periodista residente en India, la hipocresía de una ‘’industria que se basa en fetichizar, cosificar y reforzar los estándares de belleza sexistas de las mujeres’, está supuestamente ahora promoviendo el feminismo. Esta marca liberal del ‘feminismo de la elección’ fue seguida hasta su conclusión lógica, aunque absurda, cuando un candidato demócrata liberal en las elecciones británicas intentó explicar como le hacían un baile de streaptease en un club. Aparentemente todo era parte de su misión feminista para ayudar a ‘empoderar a las mujeres para tomar decisiones legales, no para juzgar las que tomen’. Incluso Playboy ha decidido sopesar los detalles de la teoría feminista, posicionándose a favor del derecho de una mujer a ser sometida a la visión pornográfica. Esto, convenientemente, encaja muy bien con su plan de negocios, por supuesto. Se trata de sucesos como estos, así como argumentos trillados sobre si Beyoncé es feminista o si los políticos hombres deben usar esto o lo otro, lo que inspiró una nueva colección de literatura feminista, ‘la Libertad de la Falacia’: los límites del feminismo liberal. En el libro que co-edité, veinte de nosotros abordamos temas distintos que se han transformado en parte del paisaje del ‘feminismo de elección’: la prostitución y la pornografia, la mutilación genital femenina, de revistas femeninas, matrimonio y violencia sexual. Aunque procedemos de distintas perspectivas, todos criticamos la noción de que si la ‘elección’ debería ser el árbitro supremo de la libertad de las mujeres Muchos de nosotros argumentamos que el surgimiento de este ‘-feminismo-pop’ es en realidad más insidioso que la burla que el absurdo final de ‘yo elijo mi elección’ pueda sugerir. Primero de todo, los argumentos de la ‘elección’ son erróneos fundamentalmente porque asumen un nivel de libertad absoluta para las mujeres que simplemente no existe. Si, tomamos decisiones, pero estas están moldeadas y limitadas por las condiciones desiguales en las que vivimos. Solo tendría sentido celebrar la elección sin crítica en un mundo post-patriarcal. Segundo, la idea de que más elecciones automáticamente significan más libertad es una falsedad. Esto es en esencia vender el neoliberalismo con un enfoque feminista. Si, las mujeres ahora pueden trabajar o quedarse en casa si tienen hijos, por ejemplo, pero esta ‘opción’ es fantasiosa cuando la crianza de los hijos sigue siendo construida como un ‘trabajo de mujeres’, cuando no hay apoyo del Estado suficiente para el cuidado de los niños y las mujeres sin hijos son calificadas de ‘egoístas’. El tercer lugar, poner el foco en las elecciones de las mujeres como todo-fin del feminismo ha resultado en una forma perversa de culpar a las víctimas y como distracción de los problemas reales que las mujeres aún afrontan. Si no estas feliz con la manera en que las cosas son, no culpes a la misoginia ni al sexismo, a la brecha salarial, a los roles de género estáticos, a la falta de representación femenina en los consejos o en el parlamento o a la epidemia de violencia contra las mujeres. Cúlpate a ti misma. Tu, evidentemente, hiciste la elección equivocada. Como señala la socióloga Natalie Javanovski en su capítulo sobre la Falacia de la Libertad, no es extraño que esta clase de feminismo haya subido hasta la cima. Al privilegiar la elección individual sobre todo lo demás, no cuestiona el status quo. No exige un cambio social importante y debilita a los que están llamados a la acción colectiva. Básicamente, no pide nada de ti y no ofrece nada a cambio. En lugar de resistencia, ahora tenemos actividades que en otro tiempo eran arquetipos de la sumisión femenina están siendo presentadas como opciones personales liberadoras. El acoso sexual se ha reformulado como una broma inofensiva que las mujeres podrían disfrutar. El matrimonio se reconstruye como un amor feminista. La cirugía de labios se considera una mejora cosmética. La pornografia se rebautiza como emancipación sexual. La cosificación es el nuevo empoderamiento. En lugar de hablar de una visión para un futuro más igual, nos quedamos en discusiones introspectivas y vanas, acerca de si las mujeres individuales son o no ‘malas feministas. O lo que la periodista Sarah Ditum denominó el juego de ‘¿Puedes ser una feminista y…?’’, como si el verdadero asunto para el progreso de las mujeres fuera si podemos o no podemos cumplir con el fabuloso ideal feminista. Tan profunda es esta individualización del ‘feminismo de elección’, que cuando las mujeres critican industrias particulares, instituciones y construcciones sociales, se las acusa enseguida de atacar a las mujeres que están participando en ellas. La importancia del análisis a nivel estructural se ha perdido casi completamente en las comprensiones populares del feminismo. Como comparación, parece ridículo sugerir que al criticar al capitalismo un marxista estaba atacando a los trabajadores asalariados. Parece igualmente raro sugerir que aquellos que critican a Big Pharma odian a las personas que trabajan en las fábricas farmacéuticas. O que los que cuestionan nuestra dependencia cultural de la comida rápida tienen algo contra los chicos que están detrás del mostrador en McDonald’s. Por último, la promoción de la ‘elección’ y el mito de la igualdad ya alcanzada, ha dificultado nuestra capacidad de desafiar a las instituciones mismas que mantienen a las mujeres atrás. Pero la lucha no ha terminado. Muchas mujeres están reafirmando que el feminismo es un movimiento social necesario para la igualdad y la liberación de todas las mujeres, no solo tópicos sobre elecciones para algunas. Por Rae Story Traducción: Victoria Argoty Texto original en francés: https://revolutionfeministe.wordpress.com/2017/09/25/dans-les-bordels-allemands/ Según las mujeres que han ejercido la prostitución en regímenes de legalización, las afirmaciones que sostienen que la legalización garantiza la seguridad para quienes están en la prostitución son mitos. Rae Story habla con Alexis y Marie, quienes fueron prostituidas en Alemania, donde la prostitución es legal. R.S. : Buenos días, Alexis, tu sufres síntomas psicológicos y físicos como consecuencia de tu paso por la prostitución. ¿Puedes hablarnos de eso? A: Sí, es mi trauma post-prostitución. Cuando estaba en la prostitución, sufría síntomas psico-traumáticos que se manifestaban como bloqueos musculares severos en la parte derecha del cuello, en los hombros y en la espalda. En los períodos agudos, no podía ni sentarme ni sostenerme de pie, ni desplazarme. Eso se produjo hace 4 años, y yo siempre estoy buscando resolver esos bloqueos musculares dolorosos mediante osteopatía, fisioterapia y yoga. Se agravan con el estrés. En general, no soy capaz de manejar el estrés o cualquier situación en la cual me sienta bajo presión para hacer cualquier cosa que no quiera hacer pero de la cual no me puedo escapar. Claramente, soy incapaz de trabajar. Mis reacciones ante el estrés y mis problemas de ansiedad se volvieron extremos cuando salí de la prostitución y así han seguido durante los años. Estoy mejor ahora gracias diferentes tratamientos. Mi sistema nervioso simpático estaba en alerta roja todo el tiempo, y resultaba difícil relajarme, dormir y estar en calma. He ensayado automedicarme al fumar hierba durante años. A causa de mis crisis de pánico, no me siento a gusto en multitudes o en espacios cerrados, o en compañía de otras personas, en los bares, los ascensores o en las entradas de los edificios. Mi sexualidad está perturbada. Todavía siento una excitación cuando pienso en las violaciones porque he erotizado estas situaciones con el fin de poder sobrevivir en la prostitución. Me pongo muy tensa en situaciones sexuales, me cuesta respirar, me asfixio. Disocio, no puedo sentir mi cuerpo. Podría seguir hablando de mis síntomas por mucho tiempo. R.S. : Yo sé que esto, que ya has probado no estar más en alerta todo el tiempo, pero cuando has intentado escapar de una situación que percibes peligrosa -puede tomar mucho tiempo volver al pensamiento de “ya no hay peligro ahora, ¡cálmate!”. ¿Cuál es tu experiencia en la prostitución? A: Estuve en la prostitución de 2011 a 2012. Al principio en un burdel en Berlin, luego como escort en Francfort. R.S. : ¿Me puedes hablar de tu experiencia en el burdel de Berlín, cómo era el manejo, cómo era la vida diaria, cómo estaban las otras mujeres? A: Ok, el burdel en Berlín era un establecimiento pequeño. Era considerado “de alta gama”, no uno de esos burdeles a tarifa fija (donde los puteros, por un precio fijo, podían tener acceso a cuantas mujeres desearan, las veces que ellos desearan). R.S: Veo. ¿Cuántas mujeres por cada “equipo”? A: Habitualmente de 3 a 6 mujeres, disponibles desde mediodía hasta medianoche. Oficialmente, la administradora era una mujer de más de 50 años que se prostituía ocasionalmente pero solamente con puteros regulares. Pero en verdad, ella era solamente la fachada femenina del burdel. El verdadero administrador era un hombre, era un hombre de negocios en el sector inmobiliario que tenía su oficina justo al lado y que hacía apariciones regularmente en el burdel para supervisar lo que allí pasaba. La mujer no pasaba mucho tiempo en el lugar, yo creo que tenía problemas psicológicos y de adicción. R.S : ¿Este tipo de burdel es común en Alemania, en comparación con los burdeles más grandes? A: No, los grandes son más comunes. Yo sé que hay burdeles pequeños instalados en apartamentos y gestionados por una o varias mujeres. En ninguno me quedé suficiente tiempo como para saber más sobre este tipo de establecimientos. Lo que sí es cierto es que son menos visibles que los grandes burdeles. R.S. : Si este burdel era pequeño y de “alta gama” (supongo que por eso era más caro que los burdeles grandes, ¿las condiciones para poder ejercer ahí eran más estrictas? A: Sí, era mucho más caro. Yo creo que los clientes pagaban 180 Euros por una hora, de lo que la administración cobraba el 50%. Estaba la mujer que entrevistaba a las candidatas para ver si eran convenientes. La mayoría de mujeres debían ser jóvenes, de veintialgo, y sobre todo alemanas. Pero más tarde llegó una mujer alcohólica de más edad porque había cada vez más dificultades para reclutar muchachas. Los grandes burdeles las captaban a todas. R.S. : ¿Por qué algunas mujeres eran explotadas en los burdeles más pequeños y caros, y otras en los más grandes y menos caros? A: Una vez encontré a una mujer que había trabajado en un burdel grande. Yo creo que hay menos explotación en los pequeños, menos control de los proxenetas. Más libertad para relajarse con los puteros, y menos presión de atender a un número obligatorio de puteros por día. Los burdeles más pequeños ofrecen a las mujeres una especie de ilusión de independencia. Y una vez te encuentras en los grandes es verdaderamente peligroso abandonarlos; debes “trabajar” todos los días, toda la jornada. R. S. : Si admitimos que los burdeles pequeños son menos brutales que los grandes, por qué tantas mujeres escogen los más grandes (tú misma dijiste que el burdel donde “trabajaste” tenía dificultades para reclutar mujeres)? A: Porque en los grandes se gana más dinero. La mujer de la que me hice amiga me dijo que estaba preocupada porque no ganaba suficiente dinero en el burdel pequeño y que por eso contemplaba volver a “Artémis” (un megaburdel alemán) aunque la rechazaran. R.S. : ¿Entonces estos grandes burdeles son más baratos pero atraen más clientes? A: Sí. Es una de las cosas que más me preocupan de la legalización en Gran Bretaña. La gente piensa que eso le permitirá a las mujeres abrir pequeños burdeles independientes, pero la verdad es que eso favorecerá sobre todo a los grandes establecimientos y ellos tienen el poder de hacer el máximo de dinero. R.S. : ¿Eso quiere decir que los clientes prefieren los burdeles grandes? A: Sí, es cierto. Hay la ventaja de elegir mujeres: hay nuevas más a menudo porque ellos frecuentemente mueven a las mujeres de una ciudad a otra. Es más barato y los hombres pueden quedarse toda la jornada y acceder a muchas mujeres. R.S. : En Gran Bretaña, los clientes temen ir al burdel porque temen ser vistos. ¿Los puteros alemanes temen ser vistos o lo dan por hecho? Quiero decir, si son casados, etc. ¿Cuál es la actitud en Alemania frente a los hombres que comprar sexo? A: Hmmmm, no lo sé. Los alemanes que vi no parecían inquietarse mucho. Es legal, entonces está bien. Mientras que su esposa no diga nada. R.S. : Veo. Uno de los argumentos que la gente esgrime en favor de la legalización, es que el tabú o la estigmatización de las prostituídas desaparecieron. ¿Esto se produjo en Alemania? A: No. muy pocas mujeres se han registrado como prostitutas porque nadie quiere ser conocida como alguien que “trabajó” en la prostitución. Yo se lo decía francamente a ciertas personas. Estas personas se sorprendían pero aparentaban no importarles porque no debemos hacer de eso un problema. Pero ellas sin embargo me trataban como una prostituta. Para lo que sí ha servido es para suprimir la estigmatización a los hombres que tratan a todas las mujeres como objetos sexuales. R.S. : Eso es lo que yo pienso. En el pasado, la legalización en Europa ha existido de diferentes formas, y la estigmatización de las mujeres prostituídas nunca ha cambiado. Sobre esta base, ¿por qué piensas que ciertas prostituidas siguen convencidas de que legalizar a los propietarios de los burdeles reducirá la estigmatización de las prostituidas y les dará un mejor estatus? A: Yo pienso que esas mujeres creen que eso les permitirá “trabajar” más fácilmente sin proxeneta y que les da la ventaja del control pero nadie quiere verdaderamente “trabajar” en los grandes burdeles que son el resultado de la legalización. Todo el mundo quiere ser una escort de alta gama independiente que puede escoger sus clientes y que no tiene necesidad de prostituirse mucho porque sus tarifas son altas. R.S: Por definición, eso no puede concernir sino a una pequeña minoría. A: Exactamente. Y esas mujeres en su mayoría son alemanas, a menudo profesionales, y se organizan y se hacen entender. Las muchachas pobres de Europa del Este que deben enviar dinero a sus familias y que trabajan en los grandes burdeles no tienen tiempo para organizarse políticamente. R.S. : Gracias, Alexis, por haberme dado esta entrevista. R.S. : Marie, ¿puede darme una pequeña biografía que resuma su experiencia en la industria del sexo? ¿Dónde, cuándo y por cuánto tiempo? M: Sí. Tengo 55 años, entré a la industria del sexo a los 42 años y salí de ella más o menos tres años después. Cuando era niña, sufrí numerosas violencias sexuales, al principio por mi padre, luego por militantes de izquierda alemanes. Uno de ellos era el marido de mi profesora. Ella lo supo, adulteró mis notas y me expulsaron de la escuela, es la primera ruptura en mi vida debida a las violencias. Cuando tenía 40 años, me encontré en una situación financiera difícil, y no podía soportar la angustia de la renta que tenía que pagar y las facturas sin pagar que se acumulaban. Trabajaba como camarera y como taxista siete días a la semana pero eso no era suficiente. Completamente desesperada, pensé: “¡soy feminista, soy una mujer independiente!” Y decidí pedir dinero por lo que yo consideraba justo un polvo de una noche. R.S. : La gente dice “la causa de la prostitución es esta cosa o tal otra”. Pero eso siempre parece ser el resultado de la conjunción de muchos factores, violación, pobreza, drogas. Es una combinación de vulnerabilidades. ¿En qué tipo de prostitución estaba ud? M: Tengo mis anuncios en línea, hay sitios para eso. Usted paga 30 euros por mes y puede concertar los encuentros con los clientes en estos sitios. En los hoteles de lujo, en los moteles baratos, en los aparcamientos, en los burdeles, en los bosques. O en las casas de ellos, en su coche. En todos lados y en cualquier parte. R.S.: ¿En los burdeles alemanes legales? M: Sí, en los burdeles legales puedes alquilar habitaciones por horas, una habitación mugrienta y sórdida por 30 euros la hora de promedio. R.S.: Ya veo. Entonces hay todo tipo de personas en Alemania que ganan dinero a costillas de las prostituídas. ¿Tiene usted la impresión de que podía rechazar a un putero, en particular si el contexto era más riesgoso, como al ir al automóvil de un putero o en exteriores? M: Yo podía rechazarlo durante la negociación -antes de que nos encontráramos- pero si yo tomaba la decisión de ir, yo debía ir. Los puteros están conectados entre ellos y si rechazas a uno porque es muy feo o muy sucio, hablan de tí entre ellos, dicen que no actúas de manera profesional y puedes perder clientes. R.S. : ¿Quiere hablar de los foros de clientes y los sitios de evaluación? M: Sí: R.S.: Comprendo. Entonces usted se identifica como feminista desde antes de entrar a la industria del sexo. ¿Cómo ve la industria del sexo, políticamente? M: Antes de que la legalización fuera adoptada en 2002, la gente que militaba a favor de legalizarla sostenía que las prostitutas serían menos estigmatizadas y yo pensaba entonces que eso parecía algo convincente. También destacaban a las mujeres proxenetas al decir que serían ellas quienes gestionarían los burdeles. R.S.: ¿Quiere decir que usted apoyaba este cambio de la ley en 2002 porque estaba convencida de que eliminaría el estigma que sufren las prostituidas? Y si ellas tienden a hacer eso, a promover estas ideas que realzan a las “mujeres-patronas” que también son “trabajadoras del sexo”. ¿También ha sucedido eso en Alemania? M: No, yo no apoyaba la ley, yo solamente observé sin reaccionar cuando la aprobaron. Decían que la legalización aportaría también programas de salida para las mujeres prostituídas y yo pensaba que eso era una buena cosa. Más tarde, cuanto traté de salir de la prostitución, que sufría SEPT (síndrome de estrés post-traumático), busqué ayuda y descubrí que no había realmente ningún apoyo o programas para ayudar a salir. R.S. : ¿Entonces los consejos decían que no había apoyo específico para las mujeres que querían salir de la prostitución? ¿A pesar de todos los anuncios que hicieron de que tales programas serían creados con la ley? M: Sí, no había nada. Nada de ayuda y la prostitución hacinada en los burdeles gigantes y las zonas industriales. Los daños causados son invisibles. R.S.: ¿Había muchas mujeres migrantes prostituídas donde usted estaba? M: Sí, muchas. Y muy jóvenes. R.S.: ¿Ud se las ha vuelto a encontrar en los burdeles? M: Sí, y en las calles. La mayoría no hablaban nada de alemán y vivían en los burdeles donde debían atender a los puteros. R.S.: ¿Y ellas debían pagar el alquiler de sus habitaciones, como usted? M: No, ellas debían pagar en promedio 150 euros diarios. Lo sé porque los propietarios de burdeles me ofrecían hacer eso también, pero cuando lo rehusaba ya no querían alquilarme una habitación por horas, entonces me tenía que ir.
R.S.: ¿Estas mujeres también tienen un proxeneta externo al burdel? M: La mayoría tienen proxenetas. A menudo de su familia, debido a la pobreza en sus países de origen. Sus padres y hermanos son quienes les prostituyen y quienes les trafican. Las mujeres migrantes son traídas a Alemania por redes familiares de tráfico de mujeres, a menudo las gitanas/rom, y ellas son ubicadas en los burdeles alemanes. Ellas también son controladas por las pandillas de moteros, como los “Hell’s Angels”. R.S.: ¿Entonces todas ellas están en una pobreza extrema antes de decidirse a venir? M: Sí, en una pobreza extrema, y excluidas de la educación y las ayudas sociales. Un político en Hungría declaró en el parlamento: “¡son animales, no merecen vivir!”. R.S.: ¡Dios mío! M: Sí. El vínculo entre racismo y prostitución debería ser discutido con prioridad. A los puteros alemanes les gusta cogerse a las mujeres pobres de Europa del Este. Las mujeres pobres son movidas por toda Europa para satisfacer a hombres de clase media. El blog de Rae Story: raestorybook.com Publicado el 20 Septiembre 2017 De Julie Bindel Enlace original en ingles http://www.newsweek.com/great-sex-trade-swindle-how-aids-campaigners-joined-fight-pimp-prostitution-668359 Traducción: Tilo Pez Colaboración: Ismael López y Concha Hurtado Manifestantes sostienen carteles de protesta frente a la Corte Federal de Brooklyn, en la ciudad de Nueva York, el 3 de septiembre de 2015, por la detención de Miembros del staff Rentbo, escort masculino Rentboy.com. El siguiente artículo es un extracto del libro “El proxenetismo en la prostitución: aboliendo el mito del trabajo sexual” de Julie Bindel, publicado por Palgrave Macmillan, que será presentado el 28 de septiembre 2017. La percepción popular es que el movimiento del SIDA se compone de activistas que defienden los derechos humanos, de médicos expertos y científicos, que buscan los mejores métodos de prevención y de cura para las personas más vulnerables. La realidad menos conocida es que el movimiento del SIDA y las ingentes cantidades de dinero asociadas a él, han hecho más para movilizar políticas, prácticas y legislación a favor del comercio mundial del sexo que ningún otro movimiento en la historia. Se han invertido mucho dinero en programas y campañas de “sexo seguro” dirigidos a los puteros. En otras palabras, se ha realizado un notable esfuerzo para ayudar a los hombres a seguir pagando por sexo. De hecho, sin el apoyo de las políticas para la reducción de los daños del SIDA, el lobby pro-despenalización no habría obtenido el apoyo de las Instituciones de Derechos Humanos u ONGs, incluyendo a Amnistía Internacional (AI) y otras. Los argumentos de los activistas y expertos del SIDA para la despenalización del comercio sexual son simples pero espantosamente erróneos. Han reivindicado constantemente que si todas las penas por crímenes en la "industria del sexo" se eliminaran, incluyendo el proxenetismo, la posesión de burdeles y la compra de sexo, los casos de SIDA habrían disminuido notablemente. Voy a analizar minuciosamente estas afirmaciones a favor de la despenalización, y examinaré detenidamente las relaciones entre el mundo del SIDA y el lobby pro-prostitución. Yo sostengo que el sistema de reducción de daños es perjudicial para las mujeres que están en el “comercio del sexo” y por lo tanto permite que sucedan muchos más abusos. En los primeros días de crisis del SIDA a mediados de la década del 1980, el dinero se destinó a dos grupos distintos del Norte Global: a los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, y a las mujeres que ejercían la prostitución en la calle. Comprensiblemente, los hombres homosexuales ya estaban al mando de instituciones de beneficencia y de servicios de salud e incluso de algunas organizaciones que intentaron abordar de manera integral los grupos de mayor riesgo. Por esto, muchos proyectos dedicados a la prevención y tratamiento del SIDA fueron administrados por los hombres gay, incluso aquellos proyectos que tenían como beneficiarias a las mujeres que estaban dentro de la prostitución. Debido al estigma asociado al SIDA y la intolerancia hacia los homosexuales por la desinformación trasmitida por los gobiernos y las organizaciones religiosas, muchos proyectos que se ocupaban de esta temática se involucraron en la sensibilización y la creación de grupos de presión. Las personas seropositivas eran señaladas frecuentemente como "autoras de su propia desgracia." El entonces jefe de la Greater Manchester Police, James Anderton, por ejemplo, se refería a ellos como "un remolino humano en el pozo negro de sus propias decisiones." Desafortunadamente, la mentalidad libertaria de los varones homosexuales dominó el discurso y probablemente la confusión de 'seguridad' con 'moralismo' les hizo reticentes hacia cualquier análisis del "sexo y la sexualidad"; en lugar de criticar el comercio sexual como un estilo de vida inseguro para todos los involucrados, el mensaje presentado al público general, así como a los usuarios de los servicios fue el así llamado "reducción de daños". El preservativo fue considerado el salvador y la oportunidad para examinar los peligros del comercio del sexo se pasó por alto. Salir de la prostitución Andrew Hunter, un hombre gay nacido en 1968 en Queensland, Australia, se marchó de su casa a los 17 años para vivir en el Gunnery Squats, en Sydney, considerado el hogar de las personas alternativas identificadas como 'queer', incluyendo un considerable número de personas socialmente marginadas. Hunter ingresó en la prostitución callejera en Sydney, y a los 19 años se mudó a Melbourne, prostituyéndose en el famoso distrito de St Kilda. Hunter, que murió en 2013, ha sido: · Presidente de la Red Mundial de Proyectos para el Trabajo Sexual (NSWP), · Director de programas y políticas de la Red de Trabajadores del Sexo del Asia y del Pacífico (APNSW) · Miembro del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el SIDA (ONUSIDA) se ocupaba sobre el SIDA y el trabajo sexual. Durante su activismo, Hunter hizo campaña para despenalizar el comercio sexual y para que la prostitución fuera vista como trabajo. Apoyó abiertamente a organizaciones como ONU Mujeres, enviando un mensaje de apoyo a su posición sobre "el trabajo sexual como trabajo" unos meses antes de morir. Mientras que con el Colectivo de Prostitutas de Victoria (PCV), Hunter inició el primer servicio de divulgación y de alcance masculino sobre la calle de St Kilda y un programa de agujas y jeringas. Comentando sobre el tiempo que pasó en la prostitución en St Kilda, Hunter dijo que "por suerte fui salvado por los trabajadores del PCV y no por las Damas de la Orden de Santa María que solo repartían bocadillos." El PCV (Colectivo de Prostitutas de Victoria) fue fundado en 1978 por Cheryl Overs, una activista de los derechos de los “trabajadores sexuales”. El PCV se dedicó a cualquier cosa menos a salvar a quienes estaban atrapadas en el “comercio sexual”. Sacarlas de la prostitución nunca fue uno de sus objetivos. Como dirigente del PCV, Overs representó al comercio sexual en el grupo de trabajo del Ministerio de Planificación sobre la Prostitución y asesoró al Gobierno de Victoria mientras dirigía la despenalización de la prostitución acuartelada incluyendo a los proxenetas, propietarios de burdeles y a todos los demás explotadores del negocio. La organización estuvo a la vanguardia en todo el debate sobre el SIDA. En 1988, el PCV organizó la Conferencia sobre prostitución y SIDA en Melbourne que condujo a la formación de la Federación Nacional de Organizaciones de los Trabajadores del Sexo de toda Australia llamada Alianza Escarlata. En 1989, Overs comenzó a hacer campaña también en Europa, empezando así su carrera en el otro lado del mundo como asesora del Programa Mundial sobre el SIDA en la Organización Mundial de la salud, participando en conferencias y en las publicaciones internacionales sobre SIDA, como “Sida en el Mundo” del Harvard AIDS Institute. También colaboró con la fundación del Consejo Internacional de Organizaciones de servicios para el SIDA (ICASO). Para entonces el mundo de la prostitución y del SIDA eran uno solo, tanto en términos ideológicos como políticos. En la Conferencia de Oportunidades para la Solidaridad de las ONG del SIDA de París del 1992, Overs y Paulo Henrique Longo fundaron la NSWP. En 2004, la NSWP condenó las resoluciones contra la prostitución y la trata porque según ellos eran "adversas para los programas eficaces en la prevención del SIDA en todo el mundo". Este punto de vista fue compartido por cientos de individuos y organizaciones que firmaron en el 2005 una carta abierta al Presidente de los Estados Unidos para oponerse a la resolución. Alejandra Gil, vicepresidenta del NSWP, quien también era co-presidenta del Grupo Consultivo de ONUSIDA y del Grupo de Trabajo Mundial sobre SIDA y las políticas del trabajo sexual, fue arrestada en el 2015 por trata de personas para su explotación sexual y condenada a una pena de 15 años de cárcel. Los argumentos de los activistas y expertos del SIDA para la despenalización generalizada del comercio sexual son muy simples pero tremendamente equivocados. Overs permanece activa en el mundo pro-prostitución y del SIDA. En 2012 pronunció el discurso de apertura a la Conferencia internacional sobre el SIDA y, en el mismo año, presentó al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (UNHRC) el decálogo de los derechos de los trabajadores sexuales. Actualmente es investigadora honoraria en la Universidad de Sussex en Reino Unido, la misma Universidad que está vinculada a varias instituciones pro-prostitución y que además está vinculada a un gran número de negacionistas de la trata. Desde finales de los años ochenta, gran parte de las políticas sobre la prostitución han sido determinadas por las fundaciones del SIDA, entre ellos la Fundación de Bill y Melinda Gates y el OSF, fundada por George Soros, con su financiación a las organizaciones de la lucha contra el SIDA y no cabe duda de que con esta financiación han conducido las políticas y la prestación de servicios en todo lo referido a la prostitución y al comercio sexual, donde Rupert Murdoch controla los medios de comunicación, mientras Bill y Melinda Gates y el OSF controlan el discurso sobre la prostitución. OSF no solo es el principal donante de Amnistía Internacional (AI), Human Rights Watch (HRW) y ONUSIDA sino también de otros importantes grupos pro-legalización en el mundo. Soros es el patrocinador financiero más importante de varios grupos de presión pro-legalización en todo el mundo. Soros (con su fundación OSF) que es abiertamente pro-legalización es quién da el mayor respaldo financiero a los lobbys prostituyentes en el mundo, ha financiado los informes que fueron utilizados por Amnistía Internacional (AI) para apoyar la posición pro-legalización. OSF concedió "un generoso apoyo financiero” al ONUSIDA y al PNUD (los Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), aunque se declaran instituciones independientes. Es innegable que esta financiación ha tenido un fuerte impacto en las políticas y legislaciones, además financian los grupos de presión como “Alianza de trabajadores sexuales de Irlanda”, que están llevando a cabo una campaña contra el modelo nórdico, y apoyan a Laura Lee en su intento de revisar judicialmente la ley abolicionista de Irlanda del Norte. Inicialmente, HRW no tenía una política de despenalización, solo recientemente ha dado su apoyo a favor de la completa despenalización, tal vez influenciada por la financiación recibida de Soros y sobre todo por una donación de 100 millones de dólares a lo largo de diez años. NSWP también es financiado por el OSF. Los datos más recientes son los del 2013 y demuestran que 56 ONG habían recibido 9,6 millones de dólares (8 millones de euros) de financiación para proyectos a favor de la prostitución y en apoyo a la descriminalización. Los cinco principales donantes fueron la Open Society Initiative; la Fundación Ford; el American Jewis World Service; la Red Umbrella Fund; y Mama Cash (con un fondo pro-prostitución para mujeres con sede en los Países Bajos). Estos 9,6 millones de dólares han sido distribuidos de la siguiente forma: · 3,6 millones de dólares (3 millones de euros) fueron invertidos en programas y servicios de salud, · 1,68 millones de dólares en servicios jurídicos · 5,3 millones (€ 4,4), para promoción de las políticas pro legalización. Un gran énfasis puesto para promover la despenalización, incluso por encima de las ayudas básicas a largo plazo para las mujeres prostituidas como servicios de salud, la reducción de la pobreza...etc. La Fundación Ford fue reportada como la mayor donante a las organizaciones pro-prostitución, con una subvención promedio para las organizaciones de "trabajadoras sexuales" superiores a los 100 millones de dólares. Además fue uno de los principales apoyos (junto con Mama Cash y la Asociación para los Derechos de la Mujer en el Desarrollo (AWID) de la serie iniciada en febrero de 2014 por “The Guardian” denominada "Derechos de la Mujer e Igualdad de Género”. El American Jewish World Service (AJWS) afirmó que las mujeres que critican la prostitución considerándola una institución de violencia machista no son feministas y ciertamente no son mejores que los racistas y de los fanáticos homófobos. El AJWS es una de los mayores financiadores de las actividades de promoción y de los activistas pro-prostitución. En la actualidad, concede 500.000 dólares al año en subvenciones a 17 organizaciones que apoyan los derechos de las "trabajadoras sexuales" en ocho países en desarrollo. Una activista de los derechos de las mujeres semidesnuda del grupo Femen grita eslóganes mientras protesta contra la prostitución en la zona de fans, en Kiev, Ucrania, el 21 de junio de 2012. REUTERS / GLEB GARANICH
Red Thread fue fundada en 1985, se ha convertido en una de las voces de mayor fuerza a favor de la reglamentación del "trabajo sexual" como una forma legítima de empleo. Gran parte de su publicidad viene de la atención mediática que rodea los dos “Congresos de las Putas”. Sus propuestas son similares a las del Colectivo Inglés de Prostitutas y a la Universidad de las Trabajadoras sexuales que han abierto en el Reino Unido, en sus primeros años este colectivo era financiado enteramente por el gobierno (a pesar de su etiqueta de 'ONG') y gran parte de esta financiación gubernamental se dedicó a la inauguración de The Red School, donde se enseñaba a las nuevas prostitutas cómo servir mejor a sus clientes masculinos. La Red Umbrella Fundation se compone de una red mundial de “trabajadoras sexuales” y sus proyectos, deberían servir para fortalecer, asegurar y garantizar la sostenibilidad de los “derechos de las trabajadoras sexuales” y catalizar nuevos fondos para las organizaciones dirigidas por trabajadoras del sexo y las redes nacionales y regionales. La Red Umbrella ha recibido financiación de seis grandes fundaciones, principalmente de: AJWS; Comic Relief; Levis Strauss Foundation; The MAC AIDS Fund; Mama Cash y OSF. Desde su creación en 2012, ha otorgado 63 subvenciones a organizaciones para la defensa de las mujeres prostituidas en 42 países. El Fondo concede subvenciones exclusivamente a organizaciones dirigidas por y para trabajadoras sexuales y no considerará solicitudes de subvención para organizaciones abolicionistas, cualesquiera sean las motivaciones y circunstancias. Las ONG del SIDA son muy hábiles para recaudar cantidades extraordinarias de dinero a través de eventos solidarios organizados ad hoc, campañas regulares de recaudación de fondos y donaciones privadas. Curiosamente hemos descubierto que la misoginia es muy útil a las ONG del SIDA como medio para estimular mayores donaciones. En Australia, por ejemplo, la Fundación Bobby Goldsmith (BGF) que es una organización benéfica clave contra el SIDA, sostiene la investigación y estudios sobre el SIDA. El director de BGF es el Juez Michael Kirby, quién es sin dudas el más importante defensor de los derechos humanos de Australia. El Juez Kirby es también el dueño de la Touching Base; esta organización es de la idea que los hombres discapacitados tienen el derecho humano de utilizar las mujeres prostituidas. Tartas racistas El BGF organiza un "Horneo" anual en el que los pasteles donados se venden al mejor postor. Es un evento muy prestigioso en el calendario de los VIP de la comunidad del comercio sexual y del SIDA. Un amigo australiano me confió que no ha pasado un solo año en el que sus tartas no hayan reducido a las mujeres a objetos de violencia y humillación. En 2008, la más famosa de estas tartas era la representación gráfica de Paris Hilton, que en ese momento estaba cumpliendo una condena en cárcel por posesión de drogas, mientras era violada por una “lesbiana negra tatuada“ con un consolador-cinturón, mientras una perra en miniatura horrorizada miraba a través de las barras de la prisión. "Esta tarta vil, sexista y racista se vendió en $ 7.000, ganó el primer premio y sigue siendo la tarta más cara que el BGF haya vendido y no se realizó ninguna denuncia ni protesta por esta ofensiva burla ... Los principales actores de las políticas sobre prostitución son los mismos personajes clave de la política sobre el SIDA. Esto evidencia el hecho de que se requieran las mismas técnicas y empobrecida comprensión de la llamada reducción de daños como solución a la violencia masculina contra las mujeres y las niñas por parte de todos aquellos que participan y se desempeñan en ambas direcciones de las políticas y administración del comercio sexual y del SIDA. Por ejemplo, el diputado Tim Barnett MP, el hombre que prácticamente despenalizó la prostitución en Nueva Zelanda gracias a su proyecto de ley de iniciativa privada, es un hombre gay con fuertes y extensos vínculos con las organizaciones pro-prostitución del Reino Unido. Después de su retiro de la política asumió cargos muy importantes en las organizaciones contra el SIDA en Sudáfrica, donde trabajó estrechamente con el Dr. Nothemba (Nono) Simelela. Simelela es el asesor político en temas de SIDA más respetado del Sudáfrica, es una persona fascinante que sería digno de una investigación más exhaustiva. La Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (USAID) es el mayor financiador de las ONG afiliado al gobierno, con 22.300 millones de dólares asignados para ser distribuidos a diversas organizaciones. Históricamente, la USAID limitó los fondos a las ONG que oficialmente se oponían fuertemente tanto a la prostitución como al tráfico de mujeres para la explotación sexual con el requisito de que todos los beneficiarios de las donaciones firmaran un compromiso de lucha contra la prostitución antes de la liberación de fondos. En 2005, la USAID fue llevada a juicio por la Open Society Initiative (OSI, vehementemente pro-trabajo sexual) por el hecho de exigir la firma de un compromiso a las ONG para la combatir la prostitución a fin de recibir fondos, sosteniendo que esto equivale a negar la libertad de expresión y que se estaba violando la Primera Enmienda Constitucional: OSI ganó el caso. Si bien la validez y la utilidad de la cláusula del compromiso había sido contestada por las dos partes del juicio, el resultado exitoso de la impugnación de parte de OSI demuestra cuánto dinero y tiempo están dispuestos a emplear para la defensa de la prostitución y de su promoción. Julie Bindel es una periodista y activista feminista, escribe sobre violencia contra las mujeres y las niñas y está dispuesta a viajar hacía todos los países donde le permitan entrar para realizar sus conferencias abolicionistas. Texto original: http://linkis.com/feministcurrent.com/yqolv
Traducción: Vanessa Gutierrez En ciertos círculos sociales, se ha puesto de moda decir “trabajadoras sexuales”. ¿Cómo ha llegado la prostitución –una industria anticuada y esclavista- a convertirse en algo tan moderno? Un vídeo de BBC Three que está rulando por las redes sociales representa a un número de mujeres que se definen como trabajadoras sexuales que, o bien trabajan independientemente, o que se benefician de emplear a otras, explicando que la prostitución es un trabajo como cualquier otro. La prostitución no es ninguna violación de los derechos de las mujeres, es un derecho de las mujeres, te dicen. No es dañino socialmente, porque se trata de una simple transacción comercial entre dos adultos que lo consienten. Si se despenalizara la prostitución, todo lo negativo que asociamos con ella desaparecería pronto. Las prostitutas disfrutan del sexo con los puteros, y oye, ¿cómo no te va a gustar que te paguen por darte placer? Podemos incluso pensar en las prostitutas como algo parecido a trabajadoras sociales, y en los puteros como tipos inofensivos que lo único que buscan es un servicio social. ¡Sin duda, los servicios sexuales a hombres contribuirían a “la paz mundial”! Este vídeo busca asegurarnos que la prostitución no tiene nada que ver con el patriarcado, con la explotación, la trata o el proxenetismo. Es simplemente un trato comercial personal llevado a cabo por mujeres pícaras y abiertas (y algunos hombres), que son lo suficientemente valientes como para que no les importe una mierda una moralidad que consideran obsoleta. Las prostitutas son empresarias fuertes e independientes que, sencillamente, han elegido una carrera más viable, en lugar de trabajar en un supermercado por menos de lo que ganan en la prostitución. Este discurso sostiene que el comercio sexual mejora la causa feminista. Va de la mano con la idea de que la pornografía te libera sexualmente. Esta idea fue concebida por primera vez en los 60, por magnates que aspiraban a entrar en la industria del sexo. Estos hombres robaron, muy inteligentemente, la idea revolucionaria de las feministas de que las mujeres, y no los hombres, deberían controlar su propio cuerpo, y la vendieron como propia. Desde entonces hasta ahora, el concepto de liberación de la mujer ha sido repetida por la industria del sexo para defender sus propios intereses, por los hombres que defienden la compra de sexo y por los lobistas que han invertido en la legalización de la compra de mujeres. Los críticos de este discurso señalan algunos asuntos que no están a la vista: las industrias capitalistas que llevan a la prostitución; los puteros que presionan por el “derecho” a pagar por el consentimiento sexual: las prostitutas que se sublevan y son físicamente dañadas; el abuso y la violencia perpetrada por los puteros (a menudo representando escenas del porno); las voces de mujeres que fueron prostituidas que están en contra de la industria; y la inextricable relación entre la prostitución y la trata. Alguna gente tolerante, sofisticada y moderna –incluso esos que enarbolan la bandera de los derechos humanos- se enfadan cuando les pones delante alguna evidencia de que la prostitución no es inofensiva. Los defensores de la prostitución a menudo atacan ad hominem. En los medios, a menudo describen a los críticos con la prostitución como “feministas sin depilar” (al parecer, las feministas solo molan cuando están a favor del trabajo sexual), “putofóbicas”, “no les gusta el sexo”, “odiahombres”, “feministas fundamentalistas”. El mundo académico no se libra de difundir este discurso tóxico. Asistí a una conferencia en la Universidad en Middlesex en 2014 llamada; “¿Putas feministas” Explorando el debate feminista sobre la violencia, el trabajo sexual y la pornografía”. El objetivo de la conferencia era “presentar formas alternativas de mirar a las mujeres que tienen algo que ver con el trabajo sexual y la pornografía, especialmente en el contexto del feminismo contemporáneo”. Sin embargo, descubrí, muy a mi pesar, que solo determinadas voces feministas eran escuchadas. Por encima de los conferenciantes se proyectaba en grande una icónica imagen de una revista porno de los 70 . Fue justamente en los 70 cuando la lucha feminista contra la creciente industria sexual estaba en pleno auge, y esa misma imagen entonces fue definida como misógina. En contraste, 40 años después nos invitaban a ver esta representación pornográfica del cuerpo de la mujer como inofensiva, e incluso irónica. Más que la pornografía en sí misma, los organizadores dijeron que era el propio análisis feminista el que impedía la igualdad sexual de la mujer. El nuevo feminismo permite que seamos obscenas con los tíos, que nos pongamos cachondas observando a las “putas” e incluso podemos llamarnos putas alegremente a nosotras mismas. Pero “puta” no es un término como “gay” que los homosexuales se han dado a sí mismos para definir su propia identidad. “Puta” es el nombre que los hombres han dado a las mujeres, y representa la vieja moral del patriarcado. La idea de que las “putas” existen realmente, sirve para dividir a las mujeres en dos grupos: aquellas a las que los hombres pueden utilizar sexualmente con legitimidad y sin tener cargo de conciencia, y aquellas a las que no. Sin embargo, no existe tal cosa como una “puta”. Eso es solo un deseo masculino transformado en una característica femenina. Lo que divide a las mujeres es la economía, y las circunstancias personales y sociales, es la falta de reconocimiento de las condiciones políticas de la prostitución lo que estigmatiza y cosifica a las mujeres. El comercio sexual al completo se basa en esta fantasía, la de que las mujeres pueden ser putas. El “culto a la puta” contemporáneo no ha hecho nada por liberar a las mujeres y a las niñas. Internet está repleta de mujeres y niñas avergonzadas de cruzar los límites que las han incitado a cruzar. A pesar de que es el hombre quien lidera la demanda de prostitución y pornografía, nadie lo etiqueta a él. El equivalente cultural a “el culto a la puta” es “los derechos de las trabajadoras sexuales”. Por medio de esta expresión, la prostitución se convierte en un fetiche transgresor. Pero es justo lo contrario: la prostitución se erige en la división más patriarcal entre las mujeres a las que destruye. Es la desaparición de todo límite lo que tiene potencial revolucionario. El vídeo de BBC Three asegura que la despenalización de la prostitución mantendrá a las mujeres prostituidas a salvo de abusos y violencia, como si fuera la ley y no los hombres quienes las dañan. Pero la legalización de la prostitución en Alemania es la prueba de esta desinformación. La despenalización no trata sobre los derechos de las mujeres, sino, como dice Sarah Ditum, sobre los “derechos del pene”. Sin embargo, aún queda esperanza: hay un movimiento creciente de resistencia a este discurso en toda Europa. Los principales medios están empezando a documentar el escándalo de los burdeles alemanes. En febrero de 2017, Irlanda siguió a Francia, Canadá y los países nórdicos en aprobar una ley que despenaliza a las mujeres pero penaliza a los hombres que compran sexo. Estos países han optado por este modelo porque el “trabajo sexual” no es un trabajo como cualquier otro. El término “trabajo sexual” expresa neutralidad, y al hacerlo, nos insensibiliza ante la violencia y explotación de mujeres en el Reino Unido y en todo el mundo. Mientras exista la prostitución, las mujeres y los hombres nunca se librarán del patriarcado. La Doctora Heather Brunskell-Evans es una teórica social, filósofa e Investigadora en el King´s College de Londres. Es la portavoz Nacional de Women’s Equality Party Policy on Ending Sexual Violence, administradora de FiLia, y cofundadora de Resist Porn Culture. Por Huschke Mau
Texto original: https://huschkemau.de/en/2017/08/08/what-makes-exiting-prostitution-so-hard/ Traducción: Vanessa Gutiérrez De vez en cuando me preguntan por qué es tan difícil salir de la prostitución. A mí me costó años, seguía volviendo a ella – y esto no ha sido únicamente en mi caso. Lo que hace que sea tan difícil dejarla es la complejidad de la situación. Cuando fui a un servicio de asesoramiento para pedir ayuda para dejarlo, me dijeron: “si no quieres hacer esto más, no vuelvas al burdel”. Pero no es tan sencillo. La mayoría de prostitutas han tenido experiencias terribles con algún tipo de autoridad o instituciones públicas. De hecho, estas mismas instituciones posiblemente sean la razón por la que hay mujeres prostituidas, para empezar. Aquellas que, como yo, han aprendido lo fácil que es caer en el pozo a través del sistema social en Alemania, saben dónde no ir en caso de necesitar ayuda. En mi caso, los servicios sociales dijeron que había huido de casa, no por ser víctima de violencia, sino porque simplemente “no recibía suficiente propina”. La ayuda que recibí, solo gracias a los esfuerzos de varias trabajadoras sociales comprometidas del centro de niñas, acabó demasiado pronto: se acaba en cuanto cumples 18 años. Nadie tuvo en cuenta lo dura que es la situación para una adulta muy traumatizada, que no tiene contacto con sus padres ni apoyo y que no tiene un euro. En el centro había una niña que entró porque su padre la violaba repetidamente. El servicio de Juventud los obligó a sentarse uno frente al otro para una “confrontación”, para “hablarlo”. El padre lo admitió todo, pidió disculpas y los del Servicio de Juventud dijeron: “ahí lo tienes, se ha disculpado, no va a volver a hacerlo. Ya puedes volver a casa.” Estoy casi segura de que esa chica jamás volverá a pedir ayuda en una institución oficial. Todas estas oficinas, seguridad social, oficinas de becas estudiantiles (1), oficinas de empleo, de alojamiento… todas te dicen lo mismo: “no entra dentro de nuestra competencia”, y así están eternamente viendo tu solicitud sin solucionarla. “Si tus padres no firman la solicitud (2) será que has hecho algo malo. Siempre es culpa de la niña. ¿Has pensado en pedir disculpas a las autoridades?” La Oficina de Vivienda: “hemos estado procesando tu solicitud desde hace casi un año, ya te diremos algo. ¿Qué es esto, ya no puedes pagar el alquiler? Bueno, si ya no tienes un apartamento, no tienes derecho a respaldo financiero por nuestra parte, así que vamos a cancelar tu solicitud”. Conozco a prostitutas que quieren dejarlo, pero la oficina de empleo se niega a darles apoyo económico, o las amenazan con suspenderlas 3 meses de sueldo si terminan sus “contratos” con el burdel, ya que en realidad no están desempleadas. Otras quieren dejarlo pero no reciben el subsidio de desempleo que les corresponde porque la Oficina de Empleo dice que tienen algún negocio en secreto en el mundo de la prostitución y por tanto reciben ingresos – una suma completamente imaginaria basada en pura fantasía, calculada de modo que así se reduzca el pago del subsidio. Quienes acaban en la prostitución luego siguen en ella porque este tipo de cosas no se deben a “una decisión libre” sino a una decisión entre dos alternativas (o te mueres de hambre/vives en la calle, o te prostituyes) he ahí el dilema. Los centros de apoyo y asesoramiento para salir de la prostitución en Alemania no siempre están del lado de la mujer prostituída. Mimikry (un centro de asesoramiento para mujeres en prostitución) celebró su aniversario en Munich con la dueña de una agencia de señoritas de compañía, Stephanie Klee, así que apoyan a los explotadores del gremio. El director de la oficina de Salud Pública de Dresde, que también dirige el centro de asesoramiento, aparece a menudo como ponente en eventos a favor de la prostitución y glorifica la misma como una gran oferta para los puteros, con o sin discapacidad. Kassandra, de Nüremberg, sostiene que la violencia en la prostitución es infrecuente y que las prostitutas no deben ser llamadas “grupo en riesgo”, pues esto las estigmatiza y las expone a la violencia. Dice esto mientras solo en Alemania más de 70 prostitutas han sido asesinadas desde la legalización de la Prostitución de 2002. La mayoría de estos centros hablan de “trabajo sexual” y tienen más que ver con entrar en la prostitución que con salir de ella (como Hydra en Berlín) y sostienen que el mayor problema al que se enfrentan las prostitutas es el “estigma” y no el “trabajo” en sí. Conozco a mujeres que han llegado a alguno de estos centros y les han dicho que el problema no era el trabajo sino ellas, y que por qué no se reorientaban a sí mismas dentro de la prostitución. ¿Cómo puede ser “acompañante” o “sadomasoquismo” una opción? Vete a uno de estos centros y no solo te negarán ayuda, sino que además te harán avergonzarte. Otro problema es la falta de alternativas. La situación laboral en Alemania no es color de rosa. Es muy difícil trabajar para aquellos que tienen antecedentes relacionados con alguna falta en el contexto de la prostitución (por ejemplo, no respetar las zonas reguladas mientras están “trabajando”, drogas…) o vacíos en el CV que no se pueden rellenar ni con la mejor imaginación. Aparte de eso, las mujeres que pasan años en la prostitución no tienen experiencia laboral o tienen muy poca y a veces ni siquiera tienen formación profesional. Así pues, los trabajos que les ofrecen son los de máximas horas y mínimo salario. Cuando alguien ha dejado la prostitución recientemente, normalmente tiene que lidiar con los desórdenes psicológicos consecuencia del trauma, normalmente estrés postraumático. Y eso significa que puede que no duren mucho en el nuevo trabajo. Y si resulta que no tienes dinero, al final haces lo que sabes y puedes hacer, y vuelves a “trabajar”. Ni una sola prostituta que conozco tiene la confianza suficiente para solicitar empleos apropiados. También está el trauma. La mayoría de prostitutas sufre desorden de estrés postraumáticos, del mismo tipo que sufren las víctimas de tortura. Sufren de ansiedad, falta de autoconfianza, comportamiento obsesivo, por ejemplo, lavarse compulsivamente o rituales repetitivos y sin sentido que se supone que les dan seguridad (tengo que tocar madera cuando tengo malos pensamientos, y los tengo a menudo. Cuando no puedo tocar madera, tengo un ataque de pánico. Sé que puede parecer una locura y que no sirve de nada, pero no puedo evitar hacerlo). Cuando pasé de trabajar en un burdel a ser acompañante, no estaba acostumbrada a salir durante el día. No soportaba la luz del día, igual que muchas de nosotras. Alguien cuyos límites han sido violados diariamente a todas horas, puede que no sea capaz de estar con otra gente, porque, de algún modo, su sistema de alarma interno siempre está alerta: “¡cuidado, ahí viene un hombre!”. No quiero empezar a contar aquí lo que supone estar en la calle y que te empiecen los síntomas o tener flashbacks. Las pesadillas y los desórdenes del sueño te agotan. Es casi imposible guardar las apariencias y llevar una “vida normal”. Te sientes “distinta” a los demás, inferior, más herida. Rota. La gente te da miedo, y “los normales” más que nadie, porque son lo que tú no puedes ser: sin preocupaciones, sin heridas, sin miedos. Todo. Bien. De buen humor. Para sobrevivir a la prostitución tienes que separar tu conciencia de tu cuerpo, disociar. El problema es que no puedes revertirlo después. Tu cuerpo sigue sin contactar con tu alma, con tu psique. Sientes que no eres tú misma. Me costó años aprender que a veces, lo que siento es hambre y que esto significa que debes comer algo. O que eso que experimento es que tengo frío, y entonces debo abrigarme. Es agotador aprender, o reaprender, que tu cuerpo tiene sus necesidades, sentirlas, y es aún más agotador cuidar de ti misma. A no volver a tratarte como una mierda. A dormir cuando estás cansada, porque no estás 24 horas en un burdel esperando al próximo cliente. Que no tienes que pasar frío por estar prostituyéndote en la calle y la temperatura está bajo cero. Que puedes cambiar las situaciones que te hacen daño en lugar de eliminar el daño a base de drogas o alcohol. Pero no te libras del trauma tan fácilmente, te acostumbras a él. Este fenómeno se llama “trauma de apego”, y es la razón por la que las mujeres maltratadas por sus maridos siguen con ellos. Las situaciones traumáticas pueden ser adicticas porque liberas una enorme cantidad de adrenalina, y esta es adictiva en sí misma. Igualmente, las situaciones violentas son bien conocidas para aquellas que han estado prostituidas. Lo aprendí desde que era niña: el lugar que me da miedo, donde me hieren, donde me degradan, es el lugar al que pertenezco. Es mi hogar. Por eso, todavía hoy, aún me cuesta manejarme en las situaciones de peligro y tardo en decidir si luchar contra él o huir. Este tipo de situaciones son una mierda, pero me suenan, las conozco. Las situaciones en las que la gente es amable conmigo, no me grita, no me pega, no abusa de mí, me dan miedo. Me siento inferior. Mi interior me dice: “algo malo pasa aquí, es extraño”. La prostitución es como autoinfligirte daño. No, la prostitución ES autoinfligirte daño. Las adicciones son otro obstáculo para salir. Muchas prostitutas se insensibilizan a base de drogas, alcohol, cigarros, porque esa es la única forma de funcionar. Esto desarrolla una dinámica y pronto te encuentras con un problema de adicción con el que tienes que lidiar. Es difícil encontrar una terapia para exprostitutas. Hace falta tiempo y valor para ir a terapia, y más aún cuando muchos terapeutas, hombres y mujeres, no aceptan que la prostitución es violencia (escribiré un texto sobre la terapia algún día). Igual que los terapeutas, a toda la sociedad le cuesta reconocer que la prostitución es dañina, no solo para la sociedad, sino para cada prostituta. Salir de la prostitución cuando lo que se ve “desde fuera” es que es algo completamente normal, que se puede anunciar en vallas publicitarias en calles principales, cuyos anuncios te dejan en el parabrisas, cuando los artículos que hablan del tema nos llaman “trabajadoras sexuales”, “gente que ofrece servicios sexuales”, cuando a menudo te encuentras con textos que minimizan o incluso le dan bombo… todo eso te afecta. Por no hablar de la gente que siente la necesidad de llamar a las exprostitutas que se atreven a hablar “sucias putas”, “cazafortunas”, “con ganas de dinero” o “de mala vida” y escribirlo justo debajo de los artículos que estas mujeres han escrito o de las entrevistas en las que han hablado. Salir y que te digan que esto ha sido “culpa tuya”, que “has tomado malas decisiones”, o que estás mintiendo, significa que puede que sigas en la prostitución porque te degradan totalmente. La percepción de una misma y una autoestima extremadamente baja aíslan a la mayoría de las prostitutas de su entorno de no-prostitución. Tras pasar años en ese ambiente, la mayoría de las prostitutas se conocen entre ellas. Es como un mundo paralelo. Y algunas veces, este te parece que es “el mundo real”. Porque no tienes ni un ápice de confianza en el ser humano y mucho menos en los hombres. Sabes, porque lo has experimentado en tu propio cuerpo, lo que son capaces de hacer y por tanto sabes lo que significa esa fachada de “desde fuera”, porque los puteros no solo existen en este mundo paralelo, también en el “mundo normal”. Solo que en el mundo normal lo que ocurre es que te hacen avergonzarte de ser una (ex) prostituta, y no solo los puteros, sino otros, mientras que los puteros no solo no se avergüenzan sino que ni les importa. Así que es casi mejor que sigas en la prostitución: en comparación con otros lugares, al menos parece un sitio algo honesto, la violencia contra el dinero, todo el mundo sabe lo que haces, todo el mundo hace lo mismo, todos conocemos las normas y los mecanismos. Ninguna prostituta, ni siquiera las alemanas, NO sería puesta bajo presión si intenta cambiar de club o dejar el burdel. El cliente habitual tiene que comprarte. Una colega alemana que quiso desaparecer del burdel tuvo al dueño del mismo pegado a sus talones durante un año entero. Le rajó las ruedas, se coló dentro de su apartamento, amenazó a su novio, le contó a sus padres lo que había hecho por dinero. Solo la dejó en paz después de que ella le pagara 3.000 euros (esta cantidad se conoce eufemísticamente como “deudas en las que incurre la prostituta”. Lo que significa en realidad es: castigo por llegar tarde, por no ordenar la habitación, por no aceptar a un cliente, “faltas de asistencia”, alquiler de la habitación, incluso aunque no la hubiera usado por esta enferma, etc.) Y no hablemos de los “novios” de las mujeres prostituidas, que también sacan provecho de su “trabajo”. En todo esto no he tenido en cuenta a las prostitutas extranjeras, a las que no hablan alemán, que solo conocen la policía corrupta de su país (y aquí en mi país no estoy segura de que la policía se libre de esto…) que, en teoría, no tienen derecho a subsidios sociales en mi país, que no tienen seguridad social, que son llevadas de un burdel a otro en distintas ciudades cada semana y que no saben ni siquiera dónde están. Y aunque lo supieran, ¿a quién le van a pedir ayuda? El estado alemán no te da ninguna ayuda. Deja la financiación de la “Ley de Protección de las Prostitutas” en manos de los municipios, lo que asegura que los puteros tengan la posibilidad de seguir de algún modo haciendo sus travesuras. El estado cobra impuestos de estas travesuras y se beneficia. Y esto, de hecho, nos hace plantearnos si el estado tiene el más mínimo interés en prevenir a las mujeres y niñas para que no acaben prostituidas, o en ayudar a las prostitutas a dejarlo. ¡NO PUEDE SER que ese sea su objetivo!
Por Julie Bindel Texto original: http://www.feministcurrent.com/2016/06/10/john-davies-pro-prostitution-academic-trafficking-denier-jailed/www.feministcurrent.com/2016/06/10/john-davies-pro-prostitution-academic-trafficking-denier-jailed/ Traducción: Vanessa Gutierrez John Davies, Olsi Vullnetari, Benjamin Davies
El 16 de mayo de 2016, un hombre de 58 años llamado John Davies se puso de pie en la sala del Juzgado de Southwark en Londres, Reino Unido, y fue sentenciado a 12 años de cárcel por fraude a una organización de beneficencia. Los otros acusados, Olsi Vullnetari y Benjamin Davies (el hijo de John, de 31 años) fueron condenados, respectivamente, por fraude y blanqueo de dinero. Davies y Vullnetari habían robado más de 5 millones de libras de donaciones de las fundaciones Sompan y Kurbet, organizaciones que originalmente ayudaban a mujeres maltratadas y niños pobres. Benjamin había blanqueado parte de ese dinero a través de varias cuentas bancarias en Hungría, Holanda, Tailandia, Suráfrica, América, e Irlanda. John Davies está doctorado por la Universidad de Sussex, y es el autor de un libro sobre la trata de mujeres albanesas. Está incluido en la web de la Universidad de Witwatersrand, el centro Africano de Migración, como Investigador Adjunto; anteriormente fue miembro de la Royal Society of Arts, miembro de la Comisión Europea de migración, integración y cohesión social, y también investigador adjunto en el Centro de Migración de la Universidad de Sussex. Davies ha viajado por todo el mundo desde 1990 para estudiar el tráfico sexual internacional, y ha hecho campaña contra todas las leyes que afectan a la prostitución. Consiguió evadir a la justicia hasta hace poco, porque un gran número de académicos y activistas a favor de la prostitución lo apoyaban, funcionando como cortina de humo para sus actividades. Personalmente escuché las alegaciones de Davies desde 1999. Junto con otras feministas abolicionistas, he echado en cara cada poco a los académicos y a otros expertos en DDHH su colaboración con Davies y su negativa a condenarlo. Todos y cada uno de ellos lo han defendido y se niegan a admitir su mal carácter. Durante mucho tiempo la policía lo llamó “el señor Teflón” porque ninguna de las serias acusaciones que había contra él permanecían. A todos los que hemos seguido sus actividades nos ha amenazado con denunciarnos por injurias. Yo, al menos, puedo contar parte de su historia, ya que respondí a sus amenazas demostrando con evidencias todas mis acusaciones –se sospecha que Davies ha traficado con bebés desde hace tiempo, entre otras cosas-. En los 80, John Davies, un antiguo predicador laico, estuvo en la cárcel dos veces por prácticas fraudulentas y engañosas en Gran Bretaña, por usar tarjetas de crédito de una organización de beneficencia mientras viajaba por Rumanía. Durante la década de los 80, Davies fundó una compañía, la Fundación King Soloman, que, según Davies, emparejaba a bebés huérfanos, con amorosos padres adoptivos. Después se supo que, presuntamente, las madres biológicas de esos bebés eran prostitutas, muchas habían sido violadas, Davies las coaccionaba para que entregaran a sus bebés y cobraba por cada uno alrededor de 20.000 dólares a familias americanas ricas que no tenían hijos. Cuando finalmente fue arrestado por tráfico de bebés, su defensa fue “mi fundación está registrada legalmente en Croacia, y simplemente estamos intentando encontrar un hogar para estos bebés que, de otro modo, acabarían abandonados en cualquier calle de Zagreb.” Algunos investigadores privados descubrieron que este servicio de adopción operaba totalmente fuera de la ley de adopción de los países en los que funcionaba. Este “servicio de colocación de bebés” operaba desde su propia casa en Transilvania, en el sur de Rumanía, y había otro ubicado en Sgezed, en el sur de Hungría. Davies contrataba a trabajadores sociales para que trabajaran como agentes para explorar los hospitales y orfanatos de Hungría, Rumanía, Moldavia, Ucrania, Croacia, Bosnia, Serbia, Kosovo, Macedonia y Albania para encontrar mujeres embarazadas que quisieran dar a sus hijos en adopción. En 1993 Davies fue añadido a una lista de Vigilancia de la Interpol, como sospechoso de tráfico de bebés. Tenía prohibido entrar en al menos dos países, fue arrestado y encarcelado en Croacia por ser sospechoso de traficar con bebés e investigado por la Comisión Europea por uso fraudulento de una subvención. En 2009, Davies fue absuelto de dos cargos de abuso sexual a menores. Cualquier condena, y posterior encarcelamiento de Davies sería considerada como un desafío por aquellos que apoyaron y defendieron a este hombre, como sus antiguos colegas académicos y quienes hicieron campaña con él para legalizar la prostitución. La primera vez que oí hablar de John Davies, también conocido como John Shelton Davies o John Glyn Davies, o Glyndwr Selwyn Owain Davies, fue en una conferencia en Londres en 1999. Acababa de empezar a investigar el tráfico de mujeres y niños en Reino Unido, y me habían invitado a un evento que trataba este tema, organizado por la Comisión Europea. Recuerdo que me aburrí mientras escuchaba a un ponente y otro repitiendo acrónimos, clichés, y promesas vacías. “Croacia está a la cabeza descubriendo a estos criminales” y “ningún país hace más por educar a las posibles víctimas que Montenegro”, etc. Dos policías se me acercaron y me preguntaron si conocía a Davies y me dijeron que era sospechoso de traficar con bebés de Europa del Este. Hice un par de preguntas a mi grupo de amigos y dieron sus frutos. Investigué el nombre de Davies en bases de datos de periódicos internacionales y encontré un gran número de artículos escritos por reputados periodistas, así como referencias al mismo en libros y manuales académicos que trataban el tema del tráfico de bebés. Ninguno de ellos había sido modificado ni corregido (práctica habitual si hay alguna imprecisión que pueda perjudicar o calumniar a la persona mencionada) Janice Raymond, anterior codirectora de la ONG Coalición Contra el Tráfico de Mujeres, abolicionista y feminista, y autora de Not a choice, not a job (no es una elección, no es un trabajo) también había seguido los pasos de las actividades de Davies durante años y me dijo que había oído como algunos defensores de la prostitución -incluidos académicos y miembros de organizaciones de derechos humanos- defender a Davies y negar las evidencias que existían contra él. Pero, como Raymond cuenta en su libro, las cosas se pusieron tan feas para Davies que a finales de los 90 activistas acérrimos a favor de la prostitución renegaron de él. Un informe de The Independent del 27 de marzo de 1995, escrito por Leonard Doyle, demuestra que dos años antes, Davies y otros estuvieron implicados en lo que los diplomáticos de EEUU describieron como “contrabando de bebés/red de adopciones” y que afectó a 28 niños rumanos. Ese año, Davies fue incluido por la Interpol en la lista de sospechosos de traficar con bebés. “Llevaban a los niños a “granjas de engorde” en el sur de Hungría y se quedaban allí hasta que EEUU cedía a la presión para dejarlos entrar en el país". Escribió Doyle. En 1998 Hungría intentó deportar a Davies, y él solicitó apoyo a Stop Traffic, una organización cuyos miembros estaban mayoritariamente a favor de la prostitución. “Su solicitud, evidentemente, fue escuchada y Davies pudo quedarse en el país”, escribe Raymond en de Not a choice, not a job. Sin embargo, dos importantísimas organizaciones a favor de la prostitución, la Dutch Foundation Against Trafficking in Women (STV) y La Strada, anunciaron que rescindían su contrato de colaboración con Davies y las fundaciones con las que tuviera algo que ver –La Fundación Salomón (Hungría) y la Fundación Moravia (Albania y Rumanía). Davies respondió: “no se está llevando a cabo ninguna investigación por fraude, el proyecto Hungría ya fue auditado el año pasado tras las insostenibles acusaciones de fraude y no se detectó ningún uso fraudulento de fondos”. El 7 de mayo de 1999 Davies afirmó que había entregado a la Unión Europea “gran cantidad de material desde aquellas acusaciones y después de muchas semanas la Unión Europea no ha solicitado la devolución de la subvención”. No conozco ningún documento o reconocimiento oficial de la Unión Europea de que lo que dice Davies sea cierto.” Descubrí también, por medio de algunos colegas de prensa, un intento fallido de Davies de publicar una queja oficial contra el Sunday Times en 1999. El artículo afirmaba que Davies había sido acusado de suministrar bebés de Europa del Este ilegalmente para su adopción en occidente, y que estaba bajo una investigación por presunto fraude de una subvención concedida por la Comunidad Europea por valor de 140.000 libras. Durante mucho tiempo, Davies ha defendido la legalización del comercio sexual y había solicitado esta subvención junto con el Centro de Información sobre Prostitución de Amsterdam, que tiene publicada una “guía de placer” de la zona de los burdeles ventana, organizan tours guiados en la misma y hacen campaña en favor de los derechos de las “trabajadoras sexuales”. Asimismo, el artículo revela que Davies tenía prohibido entrar en América y Rumanía, que fue arrestado en Croacia y encarcelado dos veces en Gran Bretaña por posesión ilícita de dinero. La beca de la Unión Europea, supuestamente, era para crear un servicio de ayuda a las mujeres que eran prostituidas en la calle en Szeged, en el sur de Hungría. Pero un experto contratado por la comisión para investigar el proyecto dijo que sospechaba que el primer pago de la beca, de 60.000 libras, había sido utilizado por Davies para “enriquecimiento personal”. “Voy a retomar mis estudios de doctorado en migración sexual”, escribió Davies a la Comisión de Quejas de Prensa como parte de su refutación. “y doy gracias por contar con el apoyo de mis profesores y otros colegas en estos momentos tan duros. Soy muy afortunado de que muchos de mis colegas y amigos me conocen tan bien que no se dejan influenciar por informes que no tienen nada que ver con la realidad de mi vida y de mi trabajo.” Sin embargo, la Comisión llegó a la conclusión de que Davies no había sido descrito injustamente por el periodista cuando dijo que la unidad antifraude de la Unión Europea lo estaba investigando por fraude, pero la condena pública de Davies por parte de ciertos grupos que apoyaban la prostitución no impidieron que Davies siguiera buscando fondos para actividades relacionadas con la prostitución. En 2002 Davies consiguió una subvención de un proveedor de fondos noruego, para trabajar contra el tráfico humano en Bangladesh. En Dhaka, trabajó como consejero técnico para el Ministro de Mujeres y Niños, en un proyecto para acabar con la trata. “Cuando las acusaciones de tráfico de niños y las órdenes de expulsión fueron evidentes, la relación de Davies con los programas gubernamentales contra el tráfico de mujeres y niños, los gobiernos rompieron toda relación con él, dejaron de subvencionarlo y tuvo que dejar Bangladesh”, escribió Raymond en Not a choice, not a job. Raymond me envió una copia de su carta a una reconocida personalidad en el mundo de la lucha contra el tráfico de personas, que vivía en Bangladesh y había informado de las actividades de Davies a algunos oficiales superiores. La Secretaria de Asuntos de la Mujer y Niños (MOWSA) descubrió que Davies estaba implicado en actividades ilegales relacionadas con “apuestas, mujeres y drogas”. La subvención que había recibido de Noruega fue revocada y perdió su puesto en Bangladesh. Davies pasó muchos años primero como estudiante de doctorado y después como investigador adjunto en el Centro de Estudios Migratorios de la Universidad de Sussex, Inglaterra. En 2007 la Universidad le concedió el doctorado. Durante el tiempo que pasó en el centro, Davies viajó por todo el mundo asistiendo a conferencias, a menudo como ponente, presentándose a sí mismo como experto en tráfico de personas. Varias veces el Centro de Sussex acogió a estudiantes e investigadores adjuntos que definían el tráfico como “migración facilitada” o incluso discutían que “la trata es un mito”. En el mismo centro han estado apologistas de la industria del sexo como Jo Doezema, persona clave en las campañas del Proyecto de Red Global de las Trabajadoras Sexuales (NSWP), una organización internacional que apoya la prostitución y que hace campañas para blanquear y despenalizar todos los aspectos del comercio sexual; Nicola Mai, cuyos estudios sobre la trata con fines sexuales normalmente concluyen que la preocupación sobre el tema tiene que ver con el “pánico moral”; Laura Agustín, autora de Sex at the Margins: Migration, Labour Markets and the Rescue Industry (Sexo en los límites: migración, mercados de trabajo y la industria de rescate) ha llegado a comparar a las feministas abolicionistas con “esas mujeres de clase media del siglo XIX que se tomaban como asunto propio lo de ayudar, controlar, aconsejar y disciplinar a los pobres, incluso su conducta sexual.” Olsi Vullnetari, Benjamin Davies y Julie Vullnetari eran estudiantes de posgrado en Sussex. Julie es la antigua pareja de Davies, y trabajó con él en su estudio de campo en Lyon, Francia. Igual que Davies, está doctorada en Estudios de Migración por la Universidad de Sussex. En sus agradecimientos, Davies reconoce el “impresionante trabajo como abogada cultural” de Vullnetari. Julie, que anteriormente había trabajado en UNIFEM como consultora sobre trata de mujeres en Asia, fue arrestada junto con Davies en Croacia en 1995, sospechosa de tráfico de bebés (finalmente solo Davies fue acusado). Julie es hermana de Olsi Vullnetari. Olsi, que se graduó en un Máster de Estudios Migratorios en 2004 en Centro de Estudios Migratorios de la Universidad de Sussex, también era un ponente habitual en conferencias internacionales que trataban sobre migración. Era también responsable de un lucrativo negocio de consultoría y redacción de informes en representación de solicitantes de asilo albaneses. John Davies y su hijo Benjamin, los hermanos Vullnetari, Agustín, Doezema y Mai comparten opiniones sobre el tráfico de mujeres con fines sexuales: la trata (o “trabajo sexual migrante”) es una elección que las propias mujeres de países pobres toman para ganar mucho dinero y evitar trabajar en fábricas. Igual que Agustín, John Davies cree que las activistas contra la trata son mucho más peligrosas que los propios traficantes. En 2006, Davies habló en una conferencia académica en Oxford, como aspirante a Doctor del Centro de Estudios Migratorios de la Universidad de Sussex. El título de su charla fue “Fuerza y decepción: las herramientas de los activistas contra la trata.” El libro de Davies, basado en su investigación para el doctorado, “No me llamo Natasha: cómo las albanesas en Francia utilizan la trata para evitar la exclusión social (1998-2001)” fue publicado por la Universidad de Amsterdam en 2009. A mí me llegó una copia revisada de parte del editor y decidí buscar su nombre en Google por si había sido acusado de algo más. Por pura casualidad, encontré un artículo de un periódico local que relataba un caso contra Davies y cuyo juicio empezaba esa semana. Estaba acusado de abusar sexualmente de dos niñas, de 6 y 8 años, durante los años 80-81. El juicio duró 8 días y al final salió absuelto. Una académica llamada Nicola (Nick) Mai también consiguió el doctorado en el Centro de Sussex. El año que se publicó el libro de Davies, y que fue absuelto en el juicio, el Parlamento Británico estaba planteándose introducir una cláusula a la enmienda de Ofensas Sexuales de 2003, añadiendo que fuera considerada una ofensa en Inglaterra y Gales pagar por los servicios de una persona prostituida que hubiera sido coaccionada para ejercer servicios sexuales. Como era de esperar, la simple sugerencia de que el estado pudiera criminalizar cualquier forma de comprar sexo sacó a la luz argumentos de todo tipo. Mai, en aquel entonces investigador de la Universidad de North London, estaba acabando su proyecto de investigación financiado con dinero público, llamado “Trabajadoras migrantes de la industria sexual en Reino Unido” en el que llegaba a la conclusión de que muy pocas (6%, según estimó) eran traficadas o coaccionadas para vender sexo. Él mismo apoyaba a Unión Internacional de Trabajadoras Sexuales (IUSW), una organización fantasma fundada en 2000 por una pareja de antropólogos radicales que creían que los derechos de la gente prostituida solo se podían conseguir organizando el colectivo. Mai había involucrado a varios miembros de esta organización en su trabajo de investigación. La IUSW no es ni mucho menos una organización de izquierdas, tal como sus fundadores quieren hacernos creer. Algunos antiguos miembros me han dicho que sirve más bien para dar voz a proxenetas y puteros que otra cosa; y en lugar de aconsejarlos para que tengan cuidado con lo que hacen como hacían inicialmente sus fundadores, hoy en día la IUSW acepta como miembros con los brazos abiertos a jefes de la industria del sexo. Los activistas a favor de la prostitución aceptaron de buen grado el informe (*de Nick Mai) porque encajaba con su idea de que la ley no debería interferir en el comercio sexual, teniendo en cuenta que prácticamente no hay abuso, coacción o ilegalidad alguna, y que la trata solo supone un problema para las víctimas que están en una situación de migración ilegal o irregular. “Únicamente podemos enfocar la trata existente en la industria sexual cuando hagamos políticas basadas en evidencias y en la realidad” dijo Catherine Stephens, de la IUSW cuando leyó el informe. No sorprenden los elogios de Stephens a este informe: no solo la conclusión del mismo le venía bien a la IUSW, sino que Stephens además era investigadora y miembro del Grupo de Consejeros de la investigación que se llevó a cabo para dicho informe. Thierry Shaffauser, activista de la IUSW, también fue reclutado como investigador para el proyecto. Las entrevistas fueron facilitadas por distintas organizaciones a favor de la prostitución, como IUSW, el Colectivo Inglés de Prostitutas (ECP) el XTalk Project, la Red de Proyectos de Trabajos Sexuales de UK (UKNSWP), SW5, y Safe Project. Mai publicó su estudio a propósito para hacerlo coincidir con una campaña llevada a cabo por abolicionistas en Reino Unido, que pretendía introducir una versión del modelo nórdico en el país. Hubo una oposición masiva a esta ley liderada por académicos como Maul, y grupos de presión como ECP y la IUSW. El estudio de Mai se publicó en octubre de 2009, pero una vez que se había publicado un resumen de sus conclusiones (en julio de ese año), él y otros activistas que apoyan la prostitución lo utilizaron como herramienta para convencer a los ministros y a los lores para que votaran en contra de la cláusula que quería penalizar la compra de sexo. Mientras tanto, Nick Davies (sin relación alguna con John) conocido por sus “investigaciones especiales” en el periódico The Guardian estaba en medio de una investigación muy importante sobre la trata. En 2009, publicó un artículo de 4.500 palabras en The Guardian en el que venía a decir que los activistas contra la trata había creado pánico moral, y dijo que “la mayor investigación sobre tráfico sexual jamás llevada a cabo en Reino Unido no había encontrado una sola persona que hubiera sido forzada a prostituirse de ningún modo”, en otras palabras, que hay pocas víctimas de trata. Lo que la investigación SÍ concluyó es que la policía no logró encontrar traficantes de personas, y que en las raras ocasiones en las que daban con alguno, los jueces no los encarcelaban. Pero esa historia, en la que Nick Mai y la entidad coordinadora en favor de la prostitución, la Red de Proyectos de Trabajos Sexuales de Reino Unido salían bien parados, no es tan interesante como lo que Davies quiere hacernos creer con sus elogios. Es mucho más atractivo para la mayoría de la gente aceptar que, salvo alguna rara excepción, las mujeres extranjeras que habitan burdeles de toda Europa se montaron en un avión en su país de origen para encontrar trabajo promocionando su propia carne entre desconocidos. El artículo de Nick Davies provocó un enardecido debate en el parlamento sobre si penalizar o no a los compradores de servicios sexuales, con el fin de hacer que el Reino Unido no fuera un buen destino para los traficantes (un modelo legislativo que fue introducido con éxito en Suecia en 1999, y en otros países posteriormente). La investigación consiguió que Davies fuera nominado y ganara en los Premios Eróticos, un evento anual organizado por un pornógrafo. Davies, sin embargo, no fue a recoger el premio –una estatuilla dorada de un pene volador-. El artículo de Davies contenía esta línea “una improbable unión de cristianos evangélicos y activistas feministas que buscan una historia de trata de seres humanos para poder asegurar su meta final, que no es un cambio en la política, sino la abolición de toda la prostitución.” Los intentos de Nick Davies, Nick Mai y otros activistas de boicotear la introducción de la nueva ley fallaron y se aprobó la misma en 2010. Poco después del juicio por abuso a menores, en el que John Davies fue absuelto, leí una carta en The Guardian firmada por un buen número de académicos, incluyendo a John Davies y otros activistas, alabando el artículo de Nick Davies. Esto me incitó aún más a revisitar mi investigación sobre la toma de poder de los académicos en relación con la prostitución. Escribí a Catedrático Richard Black, el entonces director del Centro de Estudios Migratorios de Sussex y supervisor de Davies. Su propia firma estaba en la carta que garantizaba la aprobación ética de Davies para formar parte de su investigación de campo y estaba incluida en un apéndice de su libro. Escribí un email a Black (había llamado por teléfono en numerosas ocasiones a la Universidad y no había recibido respuesta) para preguntarle su opinión sobre lo que yo había llamado “negación de la trata” que parecía ser la tónica general de los académicos, y de su departamento en particular. Durante el juicio por abuso sexual a menores de Davies había oído a unos cuantos académicos alabándole e incluso ejerciendo como testigos de la defensa y testificando a su favor. Uno había viajado desde Nueva Zelanda, y habló de la integridad y compromiso de Davies para luchar contra la explotación sexual de mujeres y niñas vulnerables. Mi email preguntaba si Black podía arrojar algo de luz sobre esta cultura de la “negación de la trata” y ofrecía ejemplos de individuos que se ajustaban a esta línea de pensamiento, como Julie Vullnetari, John Davies y Nick Mai. Señalaba también en el email que Davies había sido sospechosos de tráfico de bebés según la Interpol, había sido expulsado de distintos países precisamente por la importancia de esas sospechas y había sido arrestado y encarcelado en Croacia. Black decidió no contestarme pero sí le pasó mi email, sin mi consentimiento, a Davies. Recibí una carta de los abogados de Davies. Me acusaban de no tener ninguna evidencia para hacer las acusaciones que hacía en mi email a Black, y amenazaba con demandarme, a menos que hiciera pública una disculpa y le diera 5.000 libras que Davies donaría a una asociación benéfica de mujeres de su elección. Como respuesta, reuní todas las evidencias que demostraban mis afirmaciones y algunas más. Una vez enviadas dichas evidencias a los abogados de Davies, que incluían hasta el nombre de Davies en la lista de sospechosos de la Interpol, documentos del juzgado de Croacia, la orden de expulsión de Rumanía y algunas evidencias de la investigación de fraude por parte de la Unión Europea, no supe más de ellos, que es precisamente lo que esperaba... hasta que recibí un enlace a una web llamada El Antropólogo Desnudo facilitado por Laura Agustín, una auxiliar de la Universidad de Essex que está a favor de la prostitución. El post al que me dirigía el enlace se titulaba “Enemigos importantes: ¿odiamos a los académicos que estudian el trabajo sexual u odiamos sus investigaciones?” y versaba sobre algo que yo había dicho en una conferencia feminista que trataba sobre la prostitución. Cuando se estaba hablando sobre la investigación del comercio sexual llevada a cabo por antropólogos, hice una broma: “Si tuviera una bala en una pistola, no la recibiría el proxeneta, sino el antropólogo”. Teniendo en cuenta lo mucho que odio a los proxenetas y también que estoy en contra de la violencia, debería haber quedado claro que no lo decía en serio. Este hilo atrajo a muchos activistas proprostitución, incluido el mismísimo John Davies quien, cuando le pregunté qué había ocurrido con su amenaza de demanda, me contestó que la retomaría cuando tuviera tiempo y que nos veríamos en los tribunales. Ese mensaje fue lo último que supe de Davies hasta que su nombre salió de nuevo a la luz en los juzgados. Envié otro email a Richard Black, que ha dejado la Universidad de Sussex y trabaja en otra institución para preguntarle si podía contestar mi pregunta inicial sobre la cultura de la “negación de la trata”. Él respondió negando que hubiera “ningún discurso predominante que venga de los estudiantes de posgrado del centro” al respecto del comercio sexual y decía “en el Centro, a finales de la década de los 2000, tuvimos en todo momento entre 20 y 30 alumnos trabajando en varios aspectos de la migración y muy pocos de ellos se involucraron en el tema de la trata o el trabajo sexual.” Sin embargo, no he podido encontrar un solo graduado que tome la firme posición de decir que el comercio sexual es inherentemente dañino para las mujeres y eso que he leído docenas de artículos y publicaciones académicas de dichos estudiantes. La negación de la trata y el apoyo a la prostitución es intrínseco a la cultura académica de este centro, pero se hace menos sorprendente cuando descubres que la propia residencia de estudiantes de la Universidad de Essex fue literalmente utilizada como burdel por una red internacional de prostitución. En 2014, cinco hombres y mujeres fueron encarcelados por trata, después de reclutar a, al menos, 53 mujeres “pobres y vulnerables” de Hungría y traerlas a Reino Unido, prostituyendo a muchas de ellas en la Universidad de Sussex. Mientras tanto a John Davies, actualmente entre rejas contando los años que le quedan para ser libre, se le ha acabado su reputación como académico, su posibilidad de recibir subvenciones, dar conferencias, y aconsejar al gobierno en asuntos de trata de mujeres para comercio sexual… ¿o quizá no? ¿Seguirán esos académicos, que tanto se preocupan por blanquear el comercio sexual, viéndole como uno de los suyos? Julie Bindel es una periodista, escritora y activista feminista contra la violencia machista. Su libro sobre el comercio sexual se publicará a principios de 2017. |
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