Por Rae Story Traducción: Victoria Argoty Texto original en francés: https://revolutionfeministe.wordpress.com/2017/09/25/dans-les-bordels-allemands/ Según las mujeres que han ejercido la prostitución en regímenes de legalización, las afirmaciones que sostienen que la legalización garantiza la seguridad para quienes están en la prostitución son mitos. Rae Story habla con Alexis y Marie, quienes fueron prostituidas en Alemania, donde la prostitución es legal. R.S. : Buenos días, Alexis, tu sufres síntomas psicológicos y físicos como consecuencia de tu paso por la prostitución. ¿Puedes hablarnos de eso? A: Sí, es mi trauma post-prostitución. Cuando estaba en la prostitución, sufría síntomas psico-traumáticos que se manifestaban como bloqueos musculares severos en la parte derecha del cuello, en los hombros y en la espalda. En los períodos agudos, no podía ni sentarme ni sostenerme de pie, ni desplazarme. Eso se produjo hace 4 años, y yo siempre estoy buscando resolver esos bloqueos musculares dolorosos mediante osteopatía, fisioterapia y yoga. Se agravan con el estrés. En general, no soy capaz de manejar el estrés o cualquier situación en la cual me sienta bajo presión para hacer cualquier cosa que no quiera hacer pero de la cual no me puedo escapar. Claramente, soy incapaz de trabajar. Mis reacciones ante el estrés y mis problemas de ansiedad se volvieron extremos cuando salí de la prostitución y así han seguido durante los años. Estoy mejor ahora gracias diferentes tratamientos. Mi sistema nervioso simpático estaba en alerta roja todo el tiempo, y resultaba difícil relajarme, dormir y estar en calma. He ensayado automedicarme al fumar hierba durante años. A causa de mis crisis de pánico, no me siento a gusto en multitudes o en espacios cerrados, o en compañía de otras personas, en los bares, los ascensores o en las entradas de los edificios. Mi sexualidad está perturbada. Todavía siento una excitación cuando pienso en las violaciones porque he erotizado estas situaciones con el fin de poder sobrevivir en la prostitución. Me pongo muy tensa en situaciones sexuales, me cuesta respirar, me asfixio. Disocio, no puedo sentir mi cuerpo. Podría seguir hablando de mis síntomas por mucho tiempo. R.S. : Yo sé que esto, que ya has probado no estar más en alerta todo el tiempo, pero cuando has intentado escapar de una situación que percibes peligrosa -puede tomar mucho tiempo volver al pensamiento de “ya no hay peligro ahora, ¡cálmate!”. ¿Cuál es tu experiencia en la prostitución? A: Estuve en la prostitución de 2011 a 2012. Al principio en un burdel en Berlin, luego como escort en Francfort. R.S. : ¿Me puedes hablar de tu experiencia en el burdel de Berlín, cómo era el manejo, cómo era la vida diaria, cómo estaban las otras mujeres? A: Ok, el burdel en Berlín era un establecimiento pequeño. Era considerado “de alta gama”, no uno de esos burdeles a tarifa fija (donde los puteros, por un precio fijo, podían tener acceso a cuantas mujeres desearan, las veces que ellos desearan). R.S: Veo. ¿Cuántas mujeres por cada “equipo”? A: Habitualmente de 3 a 6 mujeres, disponibles desde mediodía hasta medianoche. Oficialmente, la administradora era una mujer de más de 50 años que se prostituía ocasionalmente pero solamente con puteros regulares. Pero en verdad, ella era solamente la fachada femenina del burdel. El verdadero administrador era un hombre, era un hombre de negocios en el sector inmobiliario que tenía su oficina justo al lado y que hacía apariciones regularmente en el burdel para supervisar lo que allí pasaba. La mujer no pasaba mucho tiempo en el lugar, yo creo que tenía problemas psicológicos y de adicción. R.S : ¿Este tipo de burdel es común en Alemania, en comparación con los burdeles más grandes? A: No, los grandes son más comunes. Yo sé que hay burdeles pequeños instalados en apartamentos y gestionados por una o varias mujeres. En ninguno me quedé suficiente tiempo como para saber más sobre este tipo de establecimientos. Lo que sí es cierto es que son menos visibles que los grandes burdeles. R.S. : Si este burdel era pequeño y de “alta gama” (supongo que por eso era más caro que los burdeles grandes, ¿las condiciones para poder ejercer ahí eran más estrictas? A: Sí, era mucho más caro. Yo creo que los clientes pagaban 180 Euros por una hora, de lo que la administración cobraba el 50%. Estaba la mujer que entrevistaba a las candidatas para ver si eran convenientes. La mayoría de mujeres debían ser jóvenes, de veintialgo, y sobre todo alemanas. Pero más tarde llegó una mujer alcohólica de más edad porque había cada vez más dificultades para reclutar muchachas. Los grandes burdeles las captaban a todas. R.S. : ¿Por qué algunas mujeres eran explotadas en los burdeles más pequeños y caros, y otras en los más grandes y menos caros? A: Una vez encontré a una mujer que había trabajado en un burdel grande. Yo creo que hay menos explotación en los pequeños, menos control de los proxenetas. Más libertad para relajarse con los puteros, y menos presión de atender a un número obligatorio de puteros por día. Los burdeles más pequeños ofrecen a las mujeres una especie de ilusión de independencia. Y una vez te encuentras en los grandes es verdaderamente peligroso abandonarlos; debes “trabajar” todos los días, toda la jornada. R. S. : Si admitimos que los burdeles pequeños son menos brutales que los grandes, por qué tantas mujeres escogen los más grandes (tú misma dijiste que el burdel donde “trabajaste” tenía dificultades para reclutar mujeres)? A: Porque en los grandes se gana más dinero. La mujer de la que me hice amiga me dijo que estaba preocupada porque no ganaba suficiente dinero en el burdel pequeño y que por eso contemplaba volver a “Artémis” (un megaburdel alemán) aunque la rechazaran. R.S. : ¿Entonces estos grandes burdeles son más baratos pero atraen más clientes? A: Sí. Es una de las cosas que más me preocupan de la legalización en Gran Bretaña. La gente piensa que eso le permitirá a las mujeres abrir pequeños burdeles independientes, pero la verdad es que eso favorecerá sobre todo a los grandes establecimientos y ellos tienen el poder de hacer el máximo de dinero. R.S. : ¿Eso quiere decir que los clientes prefieren los burdeles grandes? A: Sí, es cierto. Hay la ventaja de elegir mujeres: hay nuevas más a menudo porque ellos frecuentemente mueven a las mujeres de una ciudad a otra. Es más barato y los hombres pueden quedarse toda la jornada y acceder a muchas mujeres. R.S. : En Gran Bretaña, los clientes temen ir al burdel porque temen ser vistos. ¿Los puteros alemanes temen ser vistos o lo dan por hecho? Quiero decir, si son casados, etc. ¿Cuál es la actitud en Alemania frente a los hombres que comprar sexo? A: Hmmmm, no lo sé. Los alemanes que vi no parecían inquietarse mucho. Es legal, entonces está bien. Mientras que su esposa no diga nada. R.S. : Veo. Uno de los argumentos que la gente esgrime en favor de la legalización, es que el tabú o la estigmatización de las prostituídas desaparecieron. ¿Esto se produjo en Alemania? A: No. muy pocas mujeres se han registrado como prostitutas porque nadie quiere ser conocida como alguien que “trabajó” en la prostitución. Yo se lo decía francamente a ciertas personas. Estas personas se sorprendían pero aparentaban no importarles porque no debemos hacer de eso un problema. Pero ellas sin embargo me trataban como una prostituta. Para lo que sí ha servido es para suprimir la estigmatización a los hombres que tratan a todas las mujeres como objetos sexuales. R.S. : Eso es lo que yo pienso. En el pasado, la legalización en Europa ha existido de diferentes formas, y la estigmatización de las mujeres prostituídas nunca ha cambiado. Sobre esta base, ¿por qué piensas que ciertas prostituidas siguen convencidas de que legalizar a los propietarios de los burdeles reducirá la estigmatización de las prostituidas y les dará un mejor estatus? A: Yo pienso que esas mujeres creen que eso les permitirá “trabajar” más fácilmente sin proxeneta y que les da la ventaja del control pero nadie quiere verdaderamente “trabajar” en los grandes burdeles que son el resultado de la legalización. Todo el mundo quiere ser una escort de alta gama independiente que puede escoger sus clientes y que no tiene necesidad de prostituirse mucho porque sus tarifas son altas. R.S: Por definición, eso no puede concernir sino a una pequeña minoría. A: Exactamente. Y esas mujeres en su mayoría son alemanas, a menudo profesionales, y se organizan y se hacen entender. Las muchachas pobres de Europa del Este que deben enviar dinero a sus familias y que trabajan en los grandes burdeles no tienen tiempo para organizarse políticamente. R.S. : Gracias, Alexis, por haberme dado esta entrevista. R.S. : Marie, ¿puede darme una pequeña biografía que resuma su experiencia en la industria del sexo? ¿Dónde, cuándo y por cuánto tiempo? M: Sí. Tengo 55 años, entré a la industria del sexo a los 42 años y salí de ella más o menos tres años después. Cuando era niña, sufrí numerosas violencias sexuales, al principio por mi padre, luego por militantes de izquierda alemanes. Uno de ellos era el marido de mi profesora. Ella lo supo, adulteró mis notas y me expulsaron de la escuela, es la primera ruptura en mi vida debida a las violencias. Cuando tenía 40 años, me encontré en una situación financiera difícil, y no podía soportar la angustia de la renta que tenía que pagar y las facturas sin pagar que se acumulaban. Trabajaba como camarera y como taxista siete días a la semana pero eso no era suficiente. Completamente desesperada, pensé: “¡soy feminista, soy una mujer independiente!” Y decidí pedir dinero por lo que yo consideraba justo un polvo de una noche. R.S. : La gente dice “la causa de la prostitución es esta cosa o tal otra”. Pero eso siempre parece ser el resultado de la conjunción de muchos factores, violación, pobreza, drogas. Es una combinación de vulnerabilidades. ¿En qué tipo de prostitución estaba ud? M: Tengo mis anuncios en línea, hay sitios para eso. Usted paga 30 euros por mes y puede concertar los encuentros con los clientes en estos sitios. En los hoteles de lujo, en los moteles baratos, en los aparcamientos, en los burdeles, en los bosques. O en las casas de ellos, en su coche. En todos lados y en cualquier parte. R.S.: ¿En los burdeles alemanes legales? M: Sí, en los burdeles legales puedes alquilar habitaciones por horas, una habitación mugrienta y sórdida por 30 euros la hora de promedio. R.S.: Ya veo. Entonces hay todo tipo de personas en Alemania que ganan dinero a costillas de las prostituídas. ¿Tiene usted la impresión de que podía rechazar a un putero, en particular si el contexto era más riesgoso, como al ir al automóvil de un putero o en exteriores? M: Yo podía rechazarlo durante la negociación -antes de que nos encontráramos- pero si yo tomaba la decisión de ir, yo debía ir. Los puteros están conectados entre ellos y si rechazas a uno porque es muy feo o muy sucio, hablan de tí entre ellos, dicen que no actúas de manera profesional y puedes perder clientes. R.S. : ¿Quiere hablar de los foros de clientes y los sitios de evaluación? M: Sí: R.S.: Comprendo. Entonces usted se identifica como feminista desde antes de entrar a la industria del sexo. ¿Cómo ve la industria del sexo, políticamente? M: Antes de que la legalización fuera adoptada en 2002, la gente que militaba a favor de legalizarla sostenía que las prostitutas serían menos estigmatizadas y yo pensaba entonces que eso parecía algo convincente. También destacaban a las mujeres proxenetas al decir que serían ellas quienes gestionarían los burdeles. R.S.: ¿Quiere decir que usted apoyaba este cambio de la ley en 2002 porque estaba convencida de que eliminaría el estigma que sufren las prostituidas? Y si ellas tienden a hacer eso, a promover estas ideas que realzan a las “mujeres-patronas” que también son “trabajadoras del sexo”. ¿También ha sucedido eso en Alemania? M: No, yo no apoyaba la ley, yo solamente observé sin reaccionar cuando la aprobaron. Decían que la legalización aportaría también programas de salida para las mujeres prostituídas y yo pensaba que eso era una buena cosa. Más tarde, cuanto traté de salir de la prostitución, que sufría SEPT (síndrome de estrés post-traumático), busqué ayuda y descubrí que no había realmente ningún apoyo o programas para ayudar a salir. R.S. : ¿Entonces los consejos decían que no había apoyo específico para las mujeres que querían salir de la prostitución? ¿A pesar de todos los anuncios que hicieron de que tales programas serían creados con la ley? M: Sí, no había nada. Nada de ayuda y la prostitución hacinada en los burdeles gigantes y las zonas industriales. Los daños causados son invisibles. R.S.: ¿Había muchas mujeres migrantes prostituídas donde usted estaba? M: Sí, muchas. Y muy jóvenes. R.S.: ¿Ud se las ha vuelto a encontrar en los burdeles? M: Sí, y en las calles. La mayoría no hablaban nada de alemán y vivían en los burdeles donde debían atender a los puteros. R.S.: ¿Y ellas debían pagar el alquiler de sus habitaciones, como usted? M: No, ellas debían pagar en promedio 150 euros diarios. Lo sé porque los propietarios de burdeles me ofrecían hacer eso también, pero cuando lo rehusaba ya no querían alquilarme una habitación por horas, entonces me tenía que ir.
R.S.: ¿Estas mujeres también tienen un proxeneta externo al burdel? M: La mayoría tienen proxenetas. A menudo de su familia, debido a la pobreza en sus países de origen. Sus padres y hermanos son quienes les prostituyen y quienes les trafican. Las mujeres migrantes son traídas a Alemania por redes familiares de tráfico de mujeres, a menudo las gitanas/rom, y ellas son ubicadas en los burdeles alemanes. Ellas también son controladas por las pandillas de moteros, como los “Hell’s Angels”. R.S.: ¿Entonces todas ellas están en una pobreza extrema antes de decidirse a venir? M: Sí, en una pobreza extrema, y excluidas de la educación y las ayudas sociales. Un político en Hungría declaró en el parlamento: “¡son animales, no merecen vivir!”. R.S.: ¡Dios mío! M: Sí. El vínculo entre racismo y prostitución debería ser discutido con prioridad. A los puteros alemanes les gusta cogerse a las mujeres pobres de Europa del Este. Las mujeres pobres son movidas por toda Europa para satisfacer a hombres de clase media. El blog de Rae Story: raestorybook.com Visita nuestro canal de Youtube con interesantes videos traducidos y subtitulados en español: https://www.youtube.com/channel/UCuDKy2DjYr3Egw6iX1h1tcQ/videos
1 Comentario
Buenos días. Coincido con Alexis en su entrevista. Todas las secuelas que muestra son las mías. Tengo diagnosticada una discapacidad por el estrés postraumático que me han dejado los abusos en mi infancia y la explotación sexual, la prostitución posteriormente. Te roba mucho de ti misma, de tu persona, de tu vida, a nivel personal, educativo, laboral. Te deja rota por dentro y la recuperación, que la tienes que hacer tu sola la mayor parte de las veces es muy larga y complicada. Lo que me parece increíble es que no hay ningun tipo de ayuda para "el después".
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