Dra. Judith Trinquart Secretaria General de la Asociación Memoria Traumática y Victimología Publicado en el blog de Henriette Zoughebi, ‘Un monde en partage’: http://www.unmondeenpartage.fr/non-la-prostitution-nest-pas-une-profession-oui-a-la-penalisation-du-client/legalite-cest-pas-sorcier/a-la-une Traducción: Olga Baselga Colaboración: Maura Lopez La prostitución no es una profesión, es violencia contra la persona. El sistema prostituyente ataca a los más vulnerables, no es una opción sino una situación sufrida en la gran mayoría de los casos (según varios estudios recientes en diferentes países, al 98% de las personas prostituidas les gustaría dejar la prostitución si pudieran). Esta situación de violencia fue reconocida en 1949 por Francia, que estableció un régimen abolicionista. La Senadora Dinah Derycke reafirmó esta situación de violencia en su informe en 2000, así como la Ministra Nicole Péry con el informe presentado por Malka Marcovich en 2002.
· La prostitución es un acto mercantil en que la persona prostituida mantiene un acto sexual no deseado contra pago. La repetición de estos actos no deseados causa trastornos a nivel corporal: la persona ‘amputa’ su sensación corporal para protegerse de esta experiencia que no quiere. Es una violencia efectuada sobre el cuerpo de la persona prostituida, una negación de su personalidad, que pasa a existir como mero objeto comercial y sexual. Se llegan a producir auténticas disociaciones, con anestesias corporales significativas debido a la pérdida de su ‘yo’ corporal. La prostitución destruye gradualmente la imagen que la persona prostituida tiene de sí misma, así como de su cuerpo. · Entre el 80 y el 95% de las personas prostituidas (independientemente de la modalidad de prostitución) han sido víctimas de violencia sexual (incesto, pedofilia, violación) en su historial. Los proxenetas lo saben, por eso la violación, bien sea individual o colectiva, es una forma de ‘domar’ antes de la ‘ponerlas a hacer la calle’. ("La prostitución es para la sociedad lo que el incesto es para la familia" (Dr. Jorge Barudy, psiquiatra)). · El 70% de las personas prostituidas presentan un trastorno de estrés post-traumático (TEPT), a raíz de las violencias sufridas en el sistema prostituyente pero sobre todo de la violencia del propio sistema (Estudio Internacional de Melissa Farley). El TEPT es un síndrome clínico compuesto por síntomas psíquicos disruptivos e incapacitantes para la vida diaria, el principal de los cuales es la memoria traumática (reminiscencias), originando todos los demás, como los trastornos de híper-vigilancia y sueño, pérdida de concentración, dificultades relacionales, así como comportamientos disociativos, presentes en personas que han sido víctimas de violencias graves. · La minoría de personas a favor de la prostitución que promueven el ‘trabajo sexual’ no es representativa de la gran mayoría que sufren de este sistema que no han elegido y del que querrían salir. Basta con ver los numerosos testimonios de sobrevivientes de la prostitución (tal como ellas mismas se denominan): Nicole Castioni. Yolande Grenson, Maldy Bonheur, Abysse Beljinka, Andrea Dworkin y cientos de anónimas que no quieren mostrar tu rostro, tal es la violencia de los ataques pro-prostitución ("si no te gusta, no amargues a los demás..."). · El 80% de las personas prostituidas en Ile-de-France son de origen extranjero. El progreso de las condiciones económicas, sociales y educativas y el tremendo progreso feminista que se habían logrado habían permitido que la situación de la prostitución en Francia mejorase. La proporción de personas prostituidas llamadas "tradicionales" está disminuyendo. Así pues, el "mercado" se ha dirigido hacia quienes no tienen otra "opción" debido a su vulnerabilidad y situación financiera, económica, social... Son las mujeres del este, África, Asia las que ahora alimentan el sistema. Estas mujeres son inevitablemente atraídas por el –a sus ojos— glamour económico y financiero de nuestros países ricos. No es actuando de manera ineficiente contra esta "oferta" mediante leyes represivas (la LSI, conocida como ley sobre solicitación) que podremos detener el tráfico, sino desde el otro extremo de la cadena: interrumpiendo la demanda representada por el cliente, desde la lógica económica. · Regulacionismo equivale a proxenetismo. El sistema utópico soñado por los pro-prostitución no existe. Donde hay prostitución, hay explotación de la prostitución. Los países regulacionistas son el mejor ejemplo. Sin embargo, en esos países ya no se habla de proxenetismo, sino de empresarios, directores de empresas o gerentes. Las personas prostituidas son empleadas. Esto explica la inmensa facilitación de la trata de seres humanos con fines de explotación sexual en esos países. Es alucinante encontrar una oferta de ‘trabajadora sexual’ como esta en un sitio Web: "Sí, debemos garantizar la libre circulación de todos porque su obstaculización es la causa principal de la trata". ¿Dónde está la preocupación por las víctimas de trata? ¡Nadamos en el delirio más completo! · El principal promotor del sistema de prostitución y su colofón, la trata con fines de explotación sexual, es el "CLIENTE". Si queremos detener este círculo vicioso y la mercantilización de personas, debemos atacar el desencadenante básico de este sistema económico, es decir, el consumidor o prostituidor, el cliente. Sin cliente no hay prostitución. La educación y la prevención son indispensables, sin duda, pero la prostitución se viene reafirmando desde 2002 como violencia contra las personas que la sufren. Es hora de tomar las medidas necesarias contra los perpetradores de esta violencia, como para todos los tipos de violencia, es decir, la sanción. Pongamos el ejemplo de Suecia o Noruega, donde la criminalización del cliente se ha implementado con notable éxito, tanto en lo tocante a los resultados sobre el impacto de la prostitución en sí misma como en la mejora de las condiciones de las personas prostituidas, o en el cuestionamiento de los clientes en cuanto a su comportamiento. Esta criminalización, por cierto, se ha incorporado a un conjunto de leyes destinadas a mejorar la condición de la mujer llamada "kviennofried" ("leyes para la paz de las mujeres"). Esta ley tuvo un efecto disuasorio pero también de sensibilización (se le adjuntó una propuesta de apoyo psicológico a través de un número gratuito para los clientes y las principales campañas educativas). La prostitución callejera ha caído un 80% y la trata con fines de explotación humana prácticamente ha desaparecido (¿qué sentido tiene ‘importar’ en un país donde ya no podemos ‘explotar’?). A pesar de los argumentos de sus detractores, esta ley ha tenido muchos más efectos positivos que negativos. · Por el contrario, en los territorios de países regulacionistas como Alemania y los Países Bajos, hemos visto una explosión en el tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual, así como el crimen vinculado a la ‘industria del sexo’. Tal es así que los alcaldes de algunas ciudades quieren cerrar las zonas reservadas para estas ‘empresas’ y se ha planteado revisar la legislación relativa a esta ‘actividad’. Es obvio que en un país donde el proxeneta ya no es un criminal sino un empresario, tiene toda la libertad para desarrollar su negocio. Lejos de reducir las violencias sexuales de todo tipo, que era un argumento básico para justificar la prostitución, éstas no han parado de aumentar en los países regulacionistas, sobre la base de “lo que no puedo pagar, lo robo”. Lo que pedimos es:
Dra. Judith Trinquart, médico forense, Secretaria General de la Asociación "Memoria Traumática y Victimología", 23.01.2010. [i] LSI: Ley de Seguridad Interior, reguladora, entre otras cosas, de la prostitución. Haz clic aquí para editar. Visita nuestro canal de Youtube con interesantes videos traducidos y subtitulados en español: https://www.youtube.com/channel/UCuDKy2DjYr3Egw6iX1h1tcQ/videos
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