por Saliha Boussedra, filósofa. Texto original: "Marx et la question de la prostitution", http://projet.pcf.fr/93934 Traducción: Berta OG En oposición a las corrientes "regulacionistas" que defienden la prostitución como un trabajo legal y compatible con el pensamiento de Marx, el análisis de sus escritos revela que para él no existe emancipación posible en la actividad prostitucional. El regulacionismo sostiene que la actividad ejercida por las prostitutas debe gozar de un reconocimiento oficial con el fin de conseguir su integración en el régimen general de la seguridad social, ya sea como trabajadoras asalariadas o como autónomas. Un sector de la corriente regulacionista reconoce que la prostitución no es la actividad idónea para la auto-realización personal, pero que tampoco es peor que el trabajo de una obrera. Este razonamiento regulacionista conduce a pensar que la única diferencia entre ambas actividades es que una es legal y la otra no (1). Se recurre asimismo al análisis marxista del trabajo asalariado para afirmar que la prostitución debe ser legalmente reconocida para que las mujeres que la ejercen puedan mejorar sus condiciones en el ejercicio de esa actividad. Trabajo concreto, trabajo abstracto El hecho de atribuir a Marx una posición regulacionista se basa en realidad en ciertas confusiones sobre la concepción marxista del trabajo. Para empezar, las corrientes regulacionistas pasan por alto no sólo la dimensión históricamente determinada del modo de producción capitalista, sino también el doble carácter del trabajo en ese modo de producción capitalista. Cuando Marx analiza el trabajo desde un punto de vista antropológico, vemos que es imposible separar la actividad productiva humana tanto de los individuos que la realizan como de los medios de trabajo (herramientas y materiales) como del producto de esa actividad. Esta dimensión que define el "trabajo concreto" se da en todas la sociedades y en todas las épocas. Sin embargo, Marx nos revela una segunda dimensión del trabajo que es específica del modo de producción capitalista: el "trabajo abstracto". Esta dimensión reduce el trabajo a una mera producción de valor de cambio, independientemente de la actividad, de los medios de producción y de los productos concretos. Dado que el regulacionismo no tiene en cuenta estas distinciones, interpreta a su manera la noción de "trabajo abstracto" para considerar la prostitución como trabajo. El regulacionismo, desde un enfoque impregnado por el modo de producción capitalista, proyecta sobre ciertas relaciones sociales y humanas el punto de vista propio del capital. Así, a través del concepto marxista de "trabajo abstracto" -aunque sin nombrarlo-, el regulacionismo promociona la mercantilización de una gran cantidad de actividades productivas humanas aún no acaparadas por el capital y reivindica una extensión legal del trabajo abstracto en la que poder incluir la actividad prostitucional, promoviendo ni más ni menos que el mercado regule y se haga cargo de la actividad sexual. En esta batalla, superar el reto del derecho y la legalidad constituye una etapa importante para el capital en su empeño por allanar el camino a esta forma de explotación. Actividad sexual venal y trabajo abstracto A propósito de la definición de trabajo abstracto, Marx escribió: «Si prescindimos del carácter determinado de la actividad productiva y, por tanto, del carácter útil del trabajo, vemos que éste queda reducido a un mero gasto de fuerza de trabajo humana. Aunque se trata de dos actividades productivas cualitativamente distintas, el trabajo textil y el de confección son ambos un gasto productivo del cerebro, los músculos, los nervios, las manos, etc., y en este sentido uno y otro son trabajo humano» (El Capital, Libro I). En ese «etc» es donde el regulacionismo pretende incluir el sexo según la concepción marxista del trabajo abstracto. Una inclusión cuando menos osada. Si ese gran pensador del trabajo que es Marx hubiera tenido que integrar el uso mercantilizado de las partes íntimas del cuerpo, desde luego no lo habría dejado implícito en un «etc.». Abordando ya de manera específica la cuestión de la prostitución, constatamos que la actividad prostitucional -de todos los «trabajos humanos» de los que habla Marx- es la única y exclusiva actividad en la que lo que se vende es precisamente aquello que no se vende en ningún otro trabajo. Si las personas que trabajan «alquilan su cuerpo» al capitalista (con sus músculos, sus nervios, su cerebro, etc.), la mujer prostituida es la única que autoriza el acceso a las partes íntimas de su cuerpo, excluidas de la venta de la fuerza de trabajo del conjunto de trabajadores y trabajadoras de los que habla Marx. La prostitución es por consiguiente la única actividad en la que el alquiler del cuerpo del individuo incluye una o varias partes del cuerpo cuyo acceso está formalmente prohibido en todos los otros trabajos. Vemos, pues, cómo la prostitución se aparta radicalmente y de manera específica del conjunto de «trabajos humanos» a los que se refiere Marx en el Libro I de El Capital. Prostitución y lumpenproletariado Además, el regulacionismo omite mencionar que Marx habló explícitamente de la prostitución. Si en los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844 parece que Marx no dice nada sobre la cuestión de la prostitución, en otros textos posteriores sí que podemos extraer una posición constante de Marx relativa a esta cuestión. Ya sea en El 18 Brumario de Luis Bonaparte, en La lucha de clases en Francia o en el Libro I de El Capital, constatamos que la prostitución está sistemáticamente incluida en lo que Marx llama lumpenproletariado. El lumpenproletariado, según Marx, está constituido por ese proletariado más empobrecido que no posee ya ni la fuerza de trabajo y por individuos desclasados que abandonaron la lucha de clases y dejaron de oponer resistencia. Según Marx, es el enemigo histórico del proletariado, aunque en parte emane de él. El lumpenproletariado se compone generalmente de «una masa claramente desligada del proletariado industrial, una cantera de rateros y delincuentes de todas clases que viven de los despojos de la sociedad, individuos sin profesión fija, vagabundos, gente sin oficio ni beneficio, que difieren según el grado de cultura de la nación a la que pertenecen, pero que nunca reniegan de su carácter de lazzaroni (2)» (La lucha de clases en Francia, K. Marx). Si las prostitutas forman parte o no de esta categoría de individuos, lo único que podemos decir aquí es que, por una parte, la prostitución no pertenece al registro de la definición «positiva» del trabajo, es decir, no constituye una autorrealización para el ser humano, y por otra parte, se manifiesta como algo «distinto» al proletariado. Tampoco pertenece a la definición «negativa» del trabajo tal como se da bajo la égida del capital (es decir, trabajo pagado por el capital). E incluso aunque Marx conoce formas de prostitución remuneradas por el capital y se puedan asimilar a «trabajo productivo» -como ocurre en los burdeles que Marx evoca a título de ejemplo en Teorías sobre la plusvalía-, no significa que la integre en el dominio del trabajo. Incluso cuando Marx se refiere al "sedimento más bajo" (3) y describe las capas más sometidas de trabajadoras y trabajadores en el Libro I de El Capital, no incluye en ellas la categoría de «prostituta». A este respecto, conviene leer atentamente el siguiente extracto de La lucha de clases en Francia: «De la corte al oscuro café, tenía lugar la misma prostitución, el mismo descarado engaño, la misma sed de enriquecerse, pero no produciendo, sino haciéndose astutamente con la riqueza ya existente de otros». Marx invoca aquí una sed de enriquecimiento que no tiene nada que ver con la producción, sino con el robo, el engaño, etc., una sed compartida tanto por la alta burguesía como por el lumpenproletariado. Sin embargo, no se puede decir que la prostituta «robe» al cliente ni que el cliente «robe» a la prostituta. Entonces, ¿en qué se basa Marx para hacer esta clasificación?. Se pueden seguir varias pistas para interpretarlo. Es posible que para Marx la prostitución, como ocurre también con el crimen, sea el grado máximo al que el capital es capaz de reducir la vida humana. Si la prostitución, desde el punto de vista capitalista, puede ser equiparada a la actividad del criminal (del que Marx dice en Teorías sobre la plusvalía que es un «productor» en el sentido que da trabajo a personas del sector de la judicatura, de la cerrajería, de la criminología y del campo de la ciencia, etc.), ambas son actividades en las que el individuo ha aceptado aquello a lo que el capital quiere reducirlo, desposeyéndolo no sólo de las condiciones objetivas que le permiten llevar a cabo su actividad, como ocurre con el proletariado, sino también de todos los elementos que constituyen la base de su «humanidad». El individuo del lumpenproletariado es, en cierto modo, quien «ha cedido» en su humanidad, quien ha abandonado la lucha y la resistencia en la actividad productiva, «esa tremenda y sin embargo fortalecedora escuela del trabajo» (La Sagrada Familia). Es esa persona que, dispuesta a vender todo de sí misma, se encuentra en «la situación del proletariado arruinado, el último grado en el que cae el proletario y la proletaria que han dejado de resistir a la presión de la burguesía» (La ideología alemana). De ahí que podamos extraer que no existe, según Marx, ninguna perspectiva de emancipación en la actividad prostitucional y que más bien constituye una ruptura radical del vínculo que une el «organismo vivo» a su componente de resistencia y de «humanidad». Marx conoce perfectamente la violencia de las relaciones de dominación que se ejerce sobre las mujeres prostituidas. Escribe: «La prostitución es una relación que afecta no sólo a la prostituta, sino también al prostituyente, cuya ignominia es todavía mayor» (Manuscritos económicos y filosóficos de 1844). Si Marx sitúa la actividad prostitucional en el lumpenproletariado y no en el proletariado, no significa de ningún modo que condene a las prostitutas, sino al contrario, lo que condena son las actividades insalubres y perjudiciales para las mujeres, al tiempo que trata de que consigan la emancipación de la situación en la que se encuentran. Una emancipación que irá unida a la abolición mundial de la prostitución, acompañada de medidas sociales y del pleno reconocimiento de las mujeres en el mundo social del trabajo. Y aunque los niños y las niñas formaban parte del proletariado en el siglo XIX, algunas sociedades han sabido resolverlo sin tener que pensar en darles más derechos laborales. Eligieron, muy al contrario, apartarlos del mundo del trabajo. Prohibición del trabajo infantil y de los «trabajos nocivos para las mujeres» fue lo que Marx defendió en el transcurso de una entrevista para el periódico Chicago Tribune en diciembre de 1878. Si conseguimos abolir el trabajo infantil en el pasado sin reducir la cuestión a una mera ampliación de los «derechos sindicales» para los niños y las niñas, ya es hora de que nuestra sociedad y nuestras luchas consigan los mismos resultados con respecto a la prostitución. (1) N. de la T.: El ejercicio de la prostitución en España no es delito. Sí es sancionable si se practica en la vía pública. (2) N. de la T.: Los lazzaroni eran individuos sin hogar que vivían de la mendicidad en Nápoles. Llamados así por el Hospital de San Lázaro que les servía de albergue. Este fue el sobrenombre que se dio en Italia al lumpenproletariado como sinónimo de desclasados. Los lazzaroni fueron utilizados en reiteradas ocasiones por los medios monárquico-reaccionarios en la lucha contra el pueblo. (3) N. de la T.: Sedimento que se forma en algunos líquidos. Visita nuestro canal de Youtube con interesantes videos traducidos y subtitulados en español: https://www.youtube.com/channel/UCuDKy2DjYr3Egw6iX1h1tcQ/videos
18 Comentarios
Guillermo Figueroa Luna
28/1/2017 03:38:55 pm
Buen análisis. Los trabajadores no pueden conciliar con la prostitución, una de las expresiones extremas del dominio de clase y de género. El proletariado no puede liberarse a sí mismo, sin liberar al mismo tiempo a todas las clases, grupos, capas y género oprimidos. Que la prostitución sea antigua no la justifica
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Fran
29/1/2017 05:56:58 am
Mal. Los errores conceptuales luego pueden llevar a que otros los aprovechen defendiendo lo contrario, dentro de una ceremonia de la confusión, de la que puede costar mucho salir. Los trabajadores NO alquilan su cuerpo, ni Marx dice esto, señorita filósofa. Los trabajadores venden su fuerza de trabajo, que es muy distinto, aunque para desempeñar su trabajo y producir bienes y servicios, que es la finalidad de quien les contrata, tengan, como es natural e indispensable , que usar su propio cuerpo. En cambio las prostitutas, no venden o no sólo venden su fuerza de trabajo, sino que es su propio cuerpo el objeto de consumo, lo que se expone en el escaparate, lo que se penetra, toca, agarra, lame,etc. ¿ Se pueden vender o alquilar cuerpos? Sí. ¿ En qué casos? La esclavitud y la prostitución, que son análogas. donde los cuerpos son la mercancía objetiva, igual que una manzana, un libro, una mesa, un electrodoméstico, o un servicio de fontanería. ¿ Otros trabajadores venden o alquilan sus cuerpos? No, aunque utilicen su cuerpo para producir. No es tan difícil. Por decirlo de otra manera, mi fuerza de trabajo es inseparable de mi cuerpo, pero no es mi cuerpo. Un agricultor, un obrero fabril, un abogado , un actor, si son trabajadores por cuenta ajena, venden su fuerza de trabajo, con la que producen tomates, automóviles, querellas o actuaciones, pero no es su cuerpo el objeto de consumo, en cambio una prostituta sí alquila su cuerpo, además de las actividades o servicios que pueda prestar con este o no, porque podría permanecer totalmente pasiva como un mero recipiente de los deseos de su cliente. No hay prostitución sin el consumo del cuerpo de la prostituta, al contrario que en otros trabajos, donde el cuerpo per se, no tiene ninguna trascendencia para la finalidad que se pretende más que como medio( trabajos que pueden ser mecanizados, robotizados y ejercidos a distancia, sin que los clientes o los empresarios tengan que ver para nada a los trabajadores ni mucho menos acceder a sus cuerpos. Incluso en el caso de modelos , donde también puede haber cosificación o vejación , pero a otros niveles, no es el cuerpo la mercancía objetiva, sino su imagen, que puede adoptar diversos formatos audiovisuales, dvd, internet, tv. Pero la prostitución es imposible ejercerla sin la presencia física del cuerpo de la mujer. No hay prostitución en dvd ( a no ser que se ejerza a un lado de la pantalla como puede suceder en la pornografía ) ni en sobres ni en pastillas.
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Chúo
4/2/2017 07:29:08 pm
Me has dejado pensando mucho con tu reflexión.
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Lola
30/9/2020 04:59:37 pm
Completamente de acuerdo.
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2/2/2017 11:19:19 pm
Karly Quintero ha compartido un enlace.
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Fran
9/2/2017 05:31:18 am
Su comentario está repleto de vaguedades e incorreciones.
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Israel Alanís
26/5/2017 01:24:42 am
Tiene usted toda la razón. Solo hace falta recordar que también existe la prostitución masculina.
cir mendis
4/2/2017 08:51:32 pm
En realidad el trabajador vende su capacidad laborativa que la ejerce con todo su cuerpo aunque algunos puedan usar mas sus capacidades intelectivas, comunicativas y otros la fuerza fisica etc. Sin embargo no las vende para siempre si no por un tiempo determinado por dia o años digamos. En este sentido se parece mas a un alquiler que a la venta definitiva de un producto o mercaderia. Por otra parte, tanto en la venta de su fuerza de trabajo del obrero como de la prostituta/to, hay un desgaste de la fuerza de trabajo/cuerpo del obrero/a y de la prostituta/to. Existen diversas leyes/derechos laborales que intentan proteger este desgaste del consumo de la fuerza de trabajo: las propias 8hs de trabajo, los EQUIPAMIENTOS de proteccion del trabajador, e inclusive la mercantilizacion del trabajo insalubre y de riezgo. En varios paises del mundo se paga un plus para hacer un trabajo insalubre y o de riezgo. Inclusive se le pone un valor monetario a cada organo del cuerpo humano que puede lesionarse durante la jornada laboral o en el trayecto al trabajo (todo lo relativo a la medicina y psicologia laboral)... la legislacion laboral define cuanto vale perder una mano, etc. Etc y el pene por ejemplo!!!. Decir que la prostituta/to no sufre un desgaste por uso execivo de sus organos sexuales es un absurdo!!.
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AHO
9/2/2017 09:53:22 pm
Creo que abordar la prostitución desde un análisis marxista, centrándonos en si el cuerpo de la prostituta es materia prima, medio de trabajo o producto, o simplemente se intercambia como valor, es ir por derroteros que aportan poco al asunto que se quiere solucionar: ¿hay que abolir/prohibir la prostitución desde ya o bien, coadyuvar a que desaparezca cuando se alcance la emancipación de la clase trabajadora?
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Fran
11/2/2017 06:46:50 pm
No hace falta ser marxista para ver que es el cuerpo de la mujer lo que mercantiliza en la prostitución, la mercancía objetiva. Y es una de las cuestiones fundamentales para su análisis, pues la convierte en una actividad análoga a la esclavitud. ¿ Cabe la posibilidad comerciar cuerpos, de mercadear cuerpos, tanto en régimen de alquiler como de compraventa ? Sí, y la prostitución es un claro ejemplo. Mire ud la prostitución no tiene nada que ver con los derechos sexuales, en el momento que la sexualidad se convierte en una actividad mercantil, en un negocio, deja de ser ocio y deja de ser sexualidad. En la prostitución la mujer es un mero recipiente de los deseos de sus clientes. Es más la prostitución atenta contra la libertad sexual, pues tienen que acostarse con personas que no desean, que ni siquiera les atraen y realizar prácticas que en muchos casos no les apetecen, por pura necesidad económica. Defender la prostitución, es algo funcional al neoliberalismo, a la explotación de una clase social sobre otra, hasta el extremo de poder disponer sus cuerpos de su sexualidad. Este pensamiento posmoderno, de enfoques subjetivistas, de mera demanda, y de individualismo metodólogico es realmente repugnante y atenta contra la filosofía misma de los DDHH. No es una cuestión de voluntariedad, porque desde ese prisma, todavía legitamaríamos la esclavitud, pues había esclavos que querían seguir siéndolo. Ni se puede permitir que con acuerdos individuales se vulneren bienes comunes o bienes jurídicos. Desde la posición posmoderna y neoliberal de los regulacionistas nunca hubiesen existido los DDHH, ni de los derechos sociales, porque siempre habría gente que individualmente, e incluso en contra de sus propios intereses, defendiera las mayores aberraciones, como legitimar el maltrato, la esclavitud, la humillación, etc. El pensamiento regulacionista es basura y es profundamente reaccionario y contrario a la Ilustración. Además desde esas coordenadas no habría jamás transformación social. La prostitución NUNCA ha estado aceptada socialmente ni aún en la Antigua Roma y en la Antigua Grecia por mucho que se diga, pero esa no es la cuestión. La prostitución cuando no es puramente forzada, tiene unos determinante socioeconómicos enormes que permiten que en este sistema con unas tasas de desigualdad económica extremas, unas clases dispongan de los cuerpos de otras. Nunca, o es extramadamente extraño, que una mujer u hombre de clase social rica se dedique a la prostitución. La normalización y regulación de la prostitución por otra parte abre el camino a que en cualquier empresa, ( también en las que trabaja tu madre, tus hermanas o tus hijas ) las mujeres reciban ofertas de trabajo de contenido sexual, y que muchas terminaran aceptando por no perder su empleo, renovarlo o conseguir un ascenso lo cual sería un mecanismo, en términos jurídicos diabólico. Si quereis prostitución, y tan digna os parece será para todas, no sólo para las desgraciadas que no pueden ganarse la vida de otra manera.Y así ya podemos ver anuncios de secretaría más plus sexual, y no hablemos ya del ámbito de las empleadas domésticas. Los que defendeis la basura retrórgrada y abyecta de la regulación de la prostitución o sois proxenetas o puteros, o teneis la cabeza hecha polvo y no entendeis nada.
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caca
4/6/2017 12:18:08 pm
ser abolicionista es como creer en peron
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mierda
4/6/2017 12:20:11 pm
estan coparando a niñes con trabajadoras sexuales? el trabajo infantil fue erradicado y no me entere?
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17/4/2019 08:32:36 pm
Supongo que seré una especie de bicho raro debido a que mi concepto de la prostitución (algo tan viejo como el mundo) rompe un poco los esquemas de los demás.
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cromos
9/9/2019 06:30:30 pm
No, simplemente eres alguien tan deleznable que defiende algo tan abyecto como la prostitución, con argumentos tan pobres como la voluntad de cada cual.
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Pama
14/11/2022 04:30:27 am
Que buen argumento 9/9/2019 06:35:38 pm
Respeto todos y cada uno de los comentarios vertidos en la web.
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Jairo Rodríguez Buelvas
7/6/2020 02:14:45 pm
Hay una modalidad de prostitución que no está sustentada por las condiciones socioeconómicas de la persona que la ejerce. Lo que en Colombia le llaman “prepagos” mujeres y hombres de condiciones socioeconómicas privilegiadas que ven en la prostitución una renta propia no para resolver situaciones de sobre vivencia básica, sino, gustos y excentricidades propias de su estrato socioeconómico.
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30/9/2020 05:08:42 pm
En España no conocemos esa modalidad. Lo que llamáis pre-pago. Aquí las escorts acuden libremente a hoteles, domicilios o apartamentos cuando son requeridas por los clientes. Una vez que se conocen, y ya ha tenido lugar el encuentro, es cuando el cliente paga la cantidad acordada, o en muchos casos antes de nada.
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