"La vagina no es un juguete para hombres": Los efectos de la prostitución

Por Simon Schöder
Publicado el 27.01.2018, 10:03

Traducción: Adriana Zaborskyj
Original: http://www.bento.de/gefuehle/prostitution-was-sexarbeit-anrichten-kann-2034187/
 

Entrevista a una experta

Depresión, trastornos alimenticios, adicción a las drogas. Para Ingeborg Kraus es el día a día. La psicoterapeuta trata en su consulta sobre todo a aquellas mujeres, que trabajan como prostituidas y que por esta causa sufren. La doctora Kraus es una clara opositora del trabajo sexual y exige la prohibición de la compra del sexo en Alemania. Hablamos con ella de las posibles consecuencias de la prostitución.

"A mi me gusta trabajar como prostituta. Nadie debería quitarme este trabajo". ¿Qué tiene usted que decir acerca de este tipo de afirmación?
 
En principio esto suena plausible. Pero cuando se observa con detenimiento se puede concluir que muchas de estas mujeres, que dicen esto, pertenecen o a las estructuras de proxenetas del sistema de la prostitución o son dueñas de Clubs de dominatrices, que mantienen una distancia corporal frente a sus “clientes”.
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Dicen que se prostituyen libremente, pero se mienten a sí mismas.

También he tenido mujeres en terapia psicológica que decían que lo hacían por placer. Sin embargo, ellas son la punta más pequeña del iceberg. Ellas también finalmente se dan cuenta de lo que en realidad les ha pasado allí. Han aprendido a desconectarse porque han pasado cosas muy difíciles en sus vidas y no las han elaborado. Dicen que se prostituyen voluntariamente, pero a la vez se disocian de sí mismas.

                                                                                Foto: Unsplash/Sydney Sims)

¿Entonces lo que usted quiere decir es que las mujeres que venden por dinero su cuerpo evaden sus propios problemas?

Sí. Muchas mujeres al principio de la terapia me han dicho: "No tengo problema con este trabajo, ¿qué me puede quitar?" Tras un tiempo surgen en sus biografías profundas heridas. Sólo después tienen claro lo que han permitido que hagan con ellas.

A mucha gente no le gusta ir a su trabajo, hacen cosas solo porque así reciben dinero. Un cocinero, por ejemplo, trabaja también bajo duras condiciones físicas para el disfrute de otras personas.

En la prostitución no se trata del disfrute de otras personas, solo tiene que ver con el hombre.
Es la expresión del poder sexualizado y refleja una relación hombre-mujer que ya no es aceptada. Y socialmente, la prostitución es una degradación de todas las mujeres, en otras palabras, reivindica que comprar y usar el cuerpo de una mujer es correcto.

 ¿Qué efectos puede tener la prostitución para una mujer?

Cuanto más jóvenes sean las mujeres, más profundo es el trauma y por tanto los efectos son aún más adversos. Cuando la personalidad aún no se ha estructurado completamente casi siempre hay efectos terribles. Por esta razón no puedo entender por qué el gobierno ha rechazado la exigencia de que la edad mínima para el ejercicio de la prostitución sea de 21 años. Con 18 años la personalidad no está aún completamente construida. La prostitución a esta edad lo destruye todo.

He tenido casos en los que los padres han vendido a su propia hija. Estas niñas en la edad adulta ven la prostitución como algo normal porque no conocen nada diferente.

Acerca de ella
Ingeborg Kraus lucha contra la prostitución. Ha lanzado un llamado a terapeutas especialistas en trauma a posicionarse contra la prostitución. Además, lanzó la petición internacional para la eliminación de la prostitución en Alemania.

La psicoterapeuta tiene su propia consulta privada, es miembro de la Sociedad Alemana de Psicotraumatología y de la Sociedad de Trauma y Disociación. Da conferencias alrededor del mundo sobre la relación entre trauma y prostitución y publica gran cantidad de textos relacionados con el tema.

Muchas mujeres prostituidas presentan varios trastornos al mismo tiempo. Los trastornos adictivos, la ansiedad y los trastornos depresivos son muy frecuentes. Pero no solo ellos. He tratado mujeres con trastornos alimenticios y compulsivos, que han sido consecuencia de la prostitución. Los trastornos del sueño casi siempre están presentes. Tuve una paciente que ya no podía casi dormir por las noches, solamente por períodos de tiempo de alrededor de 10 minutos. La noche le asustaba. Su sistema de alarma corporal no lograba desactivarse.
 
 

Los trastornos el sueño son a menudo consecuencia de la prostitución, dice Kraus (Foto: Unsplash /Annie Spratt)

¿Cuál es su impresión, los puteros son conscientes de que estas mujeres son abusadas para su satisfacción?
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No, los sentimientos de culpa no surgen porque los compradores de sexo creen que tienen "derecho" a tener sexo y que para eso se les permite usar a las mujeres. La mujer termina encerrada en una imagen social construida, una imagen social de "bestia sexual ", sus demás necesidades le son negadas.

La violencia es negada, la realidad invisibilizada
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La mujer deja de ser un ser humano, es solamente un cuerpo sin alma. Esto le permite al comprador de sexo toda su falta de escrúpulos, se bloquea su capacidad de empatía y la reemplaza la indiferencia.

¿Ha tenido alguna vez a un putero en su consulta que se haya arrepentido de sus acciones?

No, a través de mecanismos de represión y trucos mentales el putero se libera de toda responsabilidad. Se niega la violencia y se oculta la realidad.

Entonces no es que busquen la compañía de una mujer.

No, la mayoría no son solitarios. El mito es que son pobrecillos hombres solitarios, pero no es así. La mayoría tienen una relación estable e hijos.
 
¿Usted qué propone?
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Necesitamos el modelo nórdico. Esto es, una prohibición de la compra de sexo. Las mujeres no son mercancías. No se pueden comprar para tener sexo, esto es como la venta de órganos.

Pero aún cuando la prostitución estuviese abolida seguiría habiendo hombres que comprarían sexo y sería difícil de controlar.

No es posible decir que el robo debe dejar de prohibirse porque ocurra en sectores ilegales de la sociedad. Quien argumenta de esta manera sencillamente no toma en serio la violencia sexual. La vagina de una mujer no es un juguete para el placer sexual de los hombres, sino un órgano altamente sensible.