Por Aliza Lavie: Diputada del parlamento israelí y subpresidenta del comité contra el tráfico sexual. Texto original: http://blogs.timesofisrael.com/moving-israel-to-the-forefront-of-womens-rights/ Traducción: Irene Torres. El mes pasado vivimos un éxito histórico en la lucha contra la prostitución en Israel: el Parlamento dió un apoyo preliminar unánime para una propuesta de ley incriminando a los clientes de la prostitución y proveyendo servicios de rehabilitación a las supervivientes de la prostitución. Es un proyecto de ley que yo propuse con compañeros de otros partidos en la Knéset (el parlamento), cuya intención es asegurar que Israel se sume a un frente unido de países avanzados, que han dejado claro que la venta de los cuerpos de las mujeres como mercancía sexual es inaceptable y conlleva consecuencias devastadoras para las mujeres, los hombres, la infancia y la sociedad en su conjunto. En primer lugar, este proyecto de ley propone un cambio de percepción. Por primera vez impone la responsabilidad al cliente, entendiendo que siempre que haya compradores dispuestos a pagar, habrá chulos y traficantes dispuestos a explotar a mujeres para hacer un beneficio. En segundo lugar, y aún más importante, reconoce que las mujeres en la prostitución, en la gran mayoría de casos, son víctimas de terribles circunstancias, y es, por lo tanto, nuestra obligación moral como sociedad ofrecer ayuda y rehabilitación. El apoyo sin precedentes de la Knéset a esta propuesta puede dar la impresión de que estas asunciones son obvias, y que la sociedad en general es extremadamente consciente de los peligros y las tragedias de la prostitución. La realidad, sin embargo, es mucho más complicada. Llegar a este momento histórico supuso superar obstáculos y objeciones, que es probable que aumenten a medida que el proceso legislativo continúa. A lo largo del pasado año y medio, he presidido el Subcomité para Combatir el Tráfico de Mujeres y la Prostitución de la Knéset. De todas las cuestiones con las que he tratado, ninguna ha causado tanta resistencia y respuestas acaloradas como la idea de la incriminación de los clientes. Se me ha dicho que mi comité está perdiendo el tiempo tratando de legislar una parte natural de la naturaleza humana, que es la ocupación más antigua de la historia humana, y que estoy privando a la mujer de una elección legítima. Otros me han acusado de redactar una legislación que es aún más peligrosa para las prostitutas, ya que la criminalización simplemente fuerza a la industria a una clandestinidad más peligrosa. La mayoría de estas objeciones no tienen base. Sin embargo, como todavía le queda un largo camino al proceso legislativo, creo que es importante abordar algunos de los mitos comunes sobre la prostitución, a fin de promover un debate serio antes de que se finalice esta dramática acción. Una de las objeciones más comunes a la prohibición es la creencia de que la prostitución es fruto de la libre elección así que no deberíamos quitarles su libertad de elección. Dos adultos toman parte en un acuerdo, luego una visita a un burdel es un acto legítimo de un consumidor. De acuerdo con esta lógica, la prostitución es un crimen sin víctimas. No hay mentira más grande en este debate, y describir la verdadera realidad que las mujeres y los hombres de la industria del sexo israelí afrontan es esencial para mover la conversación desde lo teórico hasta el nivel práctico. Durante este año, he visitado refugios, burdeles y centros de asistencia, para escuchar testimonios de primera mano de víctimas y supervivientes. He mantenido debates a fondo en comités con ONGs y profesionales. El tiempo que pasé conociendo a algunas de las mujeres y niñas atrapadas en la prostitución me ha dado una visión mucho más clara de lo que la prostitución es en realidad. Es una industria que captura a menores a una edad terriblemente joven, sin lazos familiares o un lugar seguro al que acudir. Según la Encuesta Nacional del Ministerio de Bienestar y el Ministerio de Seguridad Pública, alrededor del 12 por ciento de las prostitutas en Israel son menores. En la mayoría de los casos, las mujeres degeneran hacia la prostitución como una opción de supervivencia, desde un pasado de abuso doméstico, violaciones y abuso sexual infantil. Muchos testimonios sacaron a luz el círculo vicioso de mujeres sacando préstamos y incurriendo en deudas en el mercado negro, cayendo en la prostitución para devolver esos préstamos. Es una industria mantenida a través de violencia y explotación, y en la mayoría de los casos un uso de narcóticos masivo para difuminar el dolor y sufrimiento. A medida que uno progresa en el ‘negocio’, se requieren drogas más duras, y se necesita más dinero para cubrir los gastos, llevando a más prostitución para cubrir el hábito. El ciclo destructivo erosiona el cuerpo y el alma. En casos extremos, este ciclo lleva a la muerte, suicidio, y asesinato (en la década pasada unas 60 mujeres prostitutas han sido asesinadas, se han suicidado, han muerto de enfermedad extrema o de sobredosis). Los que insisten que la prostitución es una elección de la mujer se están mintiendo a ellos mismos. En el mejor de los casos - no conocen las destructivas consecuencias de la industria, o peor, conscientemente niegan las consecuencias porque son parte del ciclo que se aprovecha de la situación de las mujeres y niñas. El alcance de la industria se estima en mil millones de NIS al año, así que no es sorprendente que haya algunos que todavía quieran mantener la prostitución. Algunos argumentan, y con razón, que la realidad aquí descrita puede no reflejar el cien por cien de los casos, y que no debemos prohibir a las mujeres que quieran participar en la industria. Pero no olvidemos que un estado restringe la libertad de una persona para hacerse daño a sí mismo o a otros en muchas áreas - consumo de drogas duras, beber y conducir, distintos tipos de apuestas o matrimonios polígamos. Este es el papel del estado, rechazar conductas que causen daños. En este caso, el bienestar de la inmensa mayoría pesa más que la limitación impuesta en una pequeña minoría. Otra objeción común es que llevaremos a la industria a la clandestinidad, haciendo el ambiente más peligroso para las víctimas. Se argumenta que Israel debería seguir a los Países Bajos y proveer servicios sociales a las prostitutas, ya que eliminaría la violencia y el proxenetismo de la industria. Para aquellos que piensan esto, tengo malas noticias. La industria ya es clandestina, y en gran parte. De hecho, independientemente de esta propuesta, la mayoría de la prostitución en años recientes ocurre en discretos apartamentos o en rincones oscuros de internet. La operan mayoritariamente criminales. Entendemos que la erradicación de la prostitución no es alcanzable a corto plazo, pero lo que queremos conseguir es un declive significativo en la demanda (muchos de los clientes son sólo gente normal que no le gustaría ser tachada de criminal), y ofrecer rehabilitación y asistencia para que las mujeres se reintegren en la sociedad. Es interesante notar que desde que tuvo lugar el primer voto, informes preliminares ya indican que ha habido una disminución de clientes en lugares prominentes en el sur de Tel-Aviv, lo que significa que el efecto disuasorio funciona. Pero, lo que es más importante, la institucionalización es completamente inaceptable porque propone la industria del sexo como una actividad legítima. Realmente queremos que nuestra descendencia crezca pensando que la prostitución es normal? No querríamos educarlos con una percepción de la sexualidad más sana? Espero que en veinte años, nuestrxs hijxs reconozcan la venta de los cuerpos de las mujeres como una ocurrencia inimaginable y reprensible de generaciones pasadas. La última objeción a la propuesta que me gustaría abordar es que tratar de erradicar la prostitución es inútil. Como “la profesión más vieja del mundo”, es inherente en la naturaleza humana, tiene una historia que se remonta a tiempos bíblicos, y nunca puede ser eliminada. Se hicieron afirmaciones similares en contra de intentos de acabar con la esclavitud o darle el voto a la mujer. Además, en tiempos bíblicos, los asesinatos, la esclavitud, los apedreamientos y la violencia informal también estaban presentes. Deberíamos aceptar una vieja costumbre solo porque está profundamente arraigada en la historia? Nuestro rol es mirar adelante constantemente y moldear el futuro tal y como nos gustaría verlo para nuestra descendencia. Esa es la acción que estamos tomando. Estamos mejorando la vida de miles de mujeres en Israel, pero más allá de eso, estamos trabajando para remodelar percepciones distorsionadas sobre los cuerpos de las mujeres y su estatus en el mundo. Es hora de dejar claro que en el siglo XXI no hay lugar para una industria que vende los cuerpos de las mujeres como objetos sexuales. Visita nuestro canal de Youtube con interesantes videos traducidos y subtitulados en español: https://www.youtube.com/channel/UCuDKy2DjYr3Egw6iX1h1tcQ/videos
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