Traducción: Lucia Gomes Texto original: https://www.theguardian.com/world/2007/sep/07/usa.gender Si crees en su propaganda, los prostíbulos legales en Nevada son sitios seguros, saludables – incluso divertidos – para trabajar. Si es así, porque tantas personas prostituidas cuentan tantas historias de abusos terribles? Julie Bindel informa. Sólo existe un lugar en los EEUU donde los prostíbulos son legales y es Nevada – un estado donde la prostitución ha sido considerada una “industria de servicios” necesaria desde los tiempos en que este lugar solo era habitado por buscadores de oro. Hoy existen al menos 20 prostíbulos legales en activo. No son muchos, se puede pensar, pero estas actividades autorizadas por el Estado están sobrerrepresentadas en términos de publicidad. Véase la serie documental exitosa de HBO, Cathouse, en que figura lo más famoso prostíbulo de Nevada, Moonlight Bunny Ranch. Sintoniza y serás disculpada por pensar que todas las prostituidas de Nevada están en algo bueno. Las mujeres hablan tímidamente sobre como aman su trabajo, sus clientes, sus patrones. “La serie subraya no solo las múltiples alegrías y desafíos de trabajar en un prostíbulo legal,” dice el site de HBO, “sino también de los beneficios terapéuticos que los clientes llevan consigo tras su estancia en el Ranch”. Dada tan buenas relaciones públicas, un nuevo libro – Prostitución y Tráfico en Nevada: Haciendo las Conexiones – hace una lectura interesante. Durante una investigación de dos años, la autora, Melissa Farley, visitó ocho prostíbulos legales en Nevada, entrevistando 45 mujeres y varios dueños de prostíbulos. Lejos de disfrutar de mejores condiciones que las que trabajan ilegalmente, las prostituidas con quién habló son frecuentemente sometidas a condiciones similares a la esclavitud. Descritas como “prisiones de chochos” por una de las entrevistadas, los prostíbulos están normalmente en el medio de la nada, fuera de la vista de los residentes comunes de Nevada. (Los prostíbulos son oficialmente permitidos en condados con poblaciones de menos de 400.00, así la prostitución permanece como un negocio ilegal – a pesar de lo vasto – en aglomeraciones como Las Vegas.) Las prostituidas de los prostíbulos frecuentemente viven como prisioneras, allí encerradas o teniendo prohibido salir. “El aspecto físico de estos edificios es chocante,” dice Farley. “Se parecen a grandes remolques con alambres de púas alrededor – pequeñas cárceles. Todas las salas tienen botones de pánico pero muchas mujeres le dijeron que han sufrido abusos sexuales y violentos por parte de los puteros y proxenetas. “Yo vi una puerta de metal blindada en uno de los prostíbulos,” dice Farley. “La comida de las mujeres era empujada entre las barras metálicas de la puerta entre la cocina y la zona del prostíbulo. Uno de los proxenetas mantuvo hambrienta a una mujer porque la consideraba muy gorda. Ella hizo un amigo fuera del prostíbulo que le lanzaba comida sobre la valla.” Otro proxeneta dijo a Farley con naturalidad que muchas de las mujeres trabajando para él tenían historias de abuso sexual y enfermedades mentales. “La mayor parte,”, dice, “han sido sexualmente abusadas de niñas. Algunas son bipolares, algunas son esquizofrénicas.” Después está el hecho de que las prostituidas legales parecen perder los derechos que los ciudadanos comunes tienen. Desde 1987, a las personas prostituidas en Nevada se les demanda que sean testadas una vez por semana para enfermedades transmisibles y una vez al mes para HIV. A los puteros no se les demanda que sean testados. Las mujeres deben presentar sus certificaciones médicas a la policía y sus huellas dactilares son registradas aunque les resulte perjudicial: si se conoce que una mujer está prostituida, le pueden rechazar los seguros de salud, puede ser discriminada en la vivienda o empleo futuro, o soportar acusaciones de maternidad inadecuada. Además, hay países que no aceptan la residencia de prostituidas registradas por lo que su movilidad está severamente restringida. Aquellos que apoyan el sistema afirman que las reglamentaciones pueden ayudar a prevenir el proxenetismo, lo que consideran como una forma de explotación peor de la que ocurre en los prostíbulos. De acuerdo con la pesquisa de Farley, muchas mujeres en los prostíbulos legales tienen en cualquier caso proxenetas fuera , sean sus maridos o novios. Y, como dice Chong King, superviviente de prostitución que trabajó con Farley, algunos de los dueños de los prostíbulos legales “son peores que cualquier proxeneta. Abusan y encarcelan mujeres y están totalmente protegidos por el estado.” Se espera de las mujeres que vivan en los prostíbulos y que tengan turnos de 12-14 horas. Mary, una prostituida hace tres años en un prostíbulo legal, subraya las restricciones. “No puedes tener tu propio vehículo,” dice. “Es como el pequeño estado policial [del proxeneta].” Cuando un putero llega, suena una campana, y las mujeres inmediatamente tienen que presentarse en una fila para que pueda elegir quién va a comprar. En algunos condados de Nevada los Sheriffs también imponen practicas ilegales. En una ciudad, por ejemplo, las prostituidas no pueden salir del prostíbulo después de las 5 p.m., no están autorizadas a entrar en bares y en los restaurantes tienen que entrar por una puerta trasera y acompañadas por un hombre. Entonces como tuvo Farley acceso a sus entrevistadas? Porque quienes controlaban a las mujeres confiaban en que éstas no iban a ser honestas sobre las condiciones, dice. “A los chulos les gusta fanfarronear y yo se oír.”, añade. A pesar de estar sola con las mujeres durante las entrevistas, Farley señaló que todas estaban muy nerviosas, siempre mirando en la dirección de los dueños de los prostíbulos. Investigar la industria del sexo – incluso la parte legal – puede ser peligroso. Durante una visita a un prostíbulo, Farley preguntó al dueño lo que pensaban las mujeres de su trabajo. “Fuí educada,” escribe en su libro, “mientras él explicaba condescendiente como era provechoso y lucrativo el negocio de la prostitución para sus “señoras”. Intenté mantener mis músculos faciales sin expresión pero no logré hacerlo. Sacó de un revólver de su cinturón, apuntó a mi cabeza y dijo: 'No sabes nada de la prostitución en Nevada, señora. Ni siquiera sabes si te voy a matar en los próximos cinco minutos.'” Farley descubrió que los dueños de los prostíbulos normalmente quitan la mitad de las ganancias a las mujeres. Ademas las mujeres tienen que pagar propinas y otros costes al personal del prostíbulo, así como comisiones a los conductores de taxi que traen a los puteros. También tiene que pagar sus condones, toallitas húmedas y el uso de sábanas y toallas. Es raro, dijeron las mujeres a Farley, rechazar a un putero. Una antigua “trabajadora” de un prostíbulo de Nevada escribió en un website: “Después de tus billetes de avión, ropa, el precio total de las bebidas y otros múltiples costes sales con poco. Además, eres... multada por casi todo. Te quedas dormida en tu turno de 14 horas, llevas una multa de $100 [£50], llegas tarde para formar la fila, $100-500 en multas.” (Las mujeres generalmente negocian directamente con los hombres el dinero; lo que reciben depende de la calidad del prostíbulo. Puede ser cualquier cantidad desde $50 por sexo oral hasta $1,000 por la noche, pero esto no tiene en cuenta la parte del prostíbulo.) Farley descubrió una falta de servicios “chocante” en Nevada para las mujeres que quieren salir de la prostitución. “Cuando la prostitución es considerada un trabajo legal y no una violación de los derechos humanos,” dice Farley, “porque debería el estado ofrecer servicios para la salida?” Mas de 80% de las entrevistadas dijeron a Farley que querían salir de la prostitución. El efecto de todo esto sobre las mujeres en los prostíbulos es “negativo y profundo,” de acuerdo con Farley. “Muchas estaban sufriendo lo que describo como los efectos traumáticos de agresiones sexuales recurrentes y aquellas que estuvieron en los prostíbulos por algún tiempo han sido institucionalizadas. Esto es, son pasivas, tímidas, obedientes y profundamente resignadas.” “Verdaderamente a nadie le gusta ser vendida,” dice Angie, entrevistada por Farley. “Es como fimar un contrato para ser violada.” Mientras tanto, los prostíbulos ilegales están aumentando en Nevada, como en otras partes del mundo donde los prostíbulos han sido legalizados. La industria ilegal de la prostitución es ya nueve veces más grande que los prostíbulos legales del estado. “Legalizar esta industria no resulta en el cierre de los establecimientos ilegales de sexo,” dice Farley, “simplemente les da una permisividad más amplia para existir.” Farley encontró evidencias, por ejemplo, de que la existencia de prostíbulos autorizados por el estado puede tener un efecto en actitudes ante las mujeres y la violencia sexual. Su encuesta a 131 jóvenes en la Universidad de Nevada descubrió que la mayoría ve la prostitución como normal, asume que no es posible violar una prostituida y es más probable que estos jóvenes respecto a jóvenes de otros estados, utilicen mujeres en prostitución legal y ilegal. La solución, cree Farley, es educar las personas sobre las realidades del abuso legalizado de las mujeres. “Una vez el pueblo de Nevada conozca el sufrimiento y daño emocional [de las prostituidas], su falta de derechos humanos, ellos, como yo, se convencerán de que la prostitución legal es una institución que no puede ser arreglada o mejorada. Tiene que ser abolida.” Todavía, la actitud predominante en Nevada sigue siendo como la de hace siglos – que los hombres tienen “necesidades” sexuales que tienen el derecho a satisfacer. Afuera de uno de los prostíbulos legales se puede leer en un letrero: “el que duda, se masturba.” *Algunos nombres han sido cambiados. Visita nuestro canal de Youtube con interesantes videos traducidos y subtitulados en español: https://www.youtube.com/channel/UCuDKy2DjYr3Egw6iX1h1tcQ/videos
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