Traducción: Marina de Otero Texto original: http://www.independent.co.uk/life-style/health-and-families/features/why-the-game-s-up-for-swedens-sex-trade-8548854.html Las innovadoras leyes suecas sobre la explotación sexual criminalizan a los “clientes”-prostituidores, no a las prostituidas. El resultado: un 70 por ciento de caída en el “negocio”. Joan Smith se monta en un coche patrulla con la policía local para averiguar cómo funciona – y si Gran Bretaña podría seguir sus pasos Por Joan Smith |@polblonde |Tuesday 26 March 2013 Estoy sentada en la parte de atrás de un coche patrulla camuflado en la pequeña isla de Skeppsholmen, al este del pintoresco casco antiguo de Estocolmo. Sobre nosotrxs se encuentra el museo de arte moderno de la ciudad, pero es una oscura noche de febrero y no estamos aquí para apreciar la cultura. “Aparcan ahí arriba”, dice el detective sentado en el asiento del copiloto, señalando a un aparcamiento en lo alto de la colina. “Esperamos unos minutos y luego saltamos fuera, corremos colina arriba y abrimos las puertas”. Lo que ocurre después es un ejemplo de manual de la manera en la que la ley sueca que prohíbe la compra de sexo se pone en práctica. Al conductor, que ha traído a una mujer prostituida a la isla para tener sexo, se le arresta in situ. Se le dan dos opciones: admitir el delito y pagar una multa, basada en los ingresos, o ir a juicio y arriesgarse a la publicidad. A la mujer, que no ha quebrantado ninguna ley, se le ofrece ayuda de los servicios sociales si quiere abandonar la prostitución. Si no, puede irse. “Comprar sexo es uno de los crímenes más vergonzosos por los que puedes ser arrestado”, explica el detective, Simon Häggström. Es joven, negro y su apariencia –cabeza rapada, vaqueros holgados – me sugiere más a un ejecutivo de la industria de la música que a un policía. Y sin embargo, está a cargo de la unidad de prostitución de la policía del condado de Estocolmo y está orgulloso del hecho de haber arrestado a más de 600 hombres bajo la ley sueca: “Hemos arrestado a todo el mundo, desde drogadictos a políticos. Una vez arresté a un cura y me dijo que había arruinado su vida. Yo le dije, ‘Yo no he arruinado tu vida, lo has hecho tú’”. La decisión de Suecia de revertir siglos de asunciones acerca de la prostitución y de criminalizar a los compradores de sexo, causó asombro cuando la ley entró en vigor en 1999. Mientras que las discusiones sobre si la prostitución debería ser legalizada arrasaban por el resto de lugares, la sencilla idea del gobierno sueco –que estaban siendo arrestadas las personas equivocadas – era nueva y controvertida. La Comisaria Jefe Kajsa Wahlberg es la que se encarga de elaborar los informes nacionales sobre el tráfico de seres humanos en Suecia. Cuando la conozco en su oficina de Estocolmo, recuerda cómo un oficial de policía de otro país, de hecho, acusó a los suecos de “métodos nazis”. Wahlberg reconoce que muchos oficiales suecos eran escépticos también. “Había frustración y rabia dentro de la policía. La gente parecía estar mordiendo limones”, dice con una risa irónica. Todo eso ha cambiado de forma dramática desde que la ley entró en vigor. “El principal cambio que puedo ver cuando echo la vista atrás es que hemos conseguido que los hombres se suban al barco”, dice Wahlberg. “El problema es una cuestión de género. Los hombres compran mujeres. Una de las claves es formar a los oficiales de policía. Cuando han comprendido el trasfondo, pillan la idea”. Wahlberg habla de cómo acaban las mujeres en prostitución, citando estudios que muestran una historia de abuso sexual infantil, mezclada con problemas con drogas y alcohol. “No tienen confianza en sí mismas. Se las ha excluido y abandonado e intentan acaparar todo tipo de atención. Esto no tiene que ver con la decisión de una mujer adulta”. En los noventa, el gobierno sueco aceptó los argumentos de las agrupaciones de mujeres acerca de que la prostitución es una barrera para la igualdad de género y una forma de violencia contra las mujeres. Notable es que la opinión pública, que era inicialmente hostil, haya virado en redondo hacia este punto de vista: actualmente, el 70% de la población apoya la ley. “Hemos cambiado la mentalidad de la población sueca”, me cuenta Häggström. El cambio es visible entre los miembros más antiguos de su unidad. Un policía encubierto, que ha sido oficial de policía durante 37 años, muestra una persistente sensación de sorpresa cuando recuerda lo que pasó hace 14 años. “Cuando entró en vigor la ley, las calles estuvieron vacías durante seis meses”, dice. Estos días es uno de sus partidarios más entusiastas, habiendo visto por sí mismo cómo el número de mujeres en la prostitución de calle ha descendido en Estocolmo. Donde 70 u 80 mujeres solían ser explotadas en la calle, estos días la cifra está entre cinco y 10 en invierno, 25 en verano. Un pequeño número de mujeres ejercía en las calles de Malmö y Gotemburgo, pero las cifras de Suecia nada tienen que ver con las de Dinamarca, donde la prostitución se ha descriminalizado. Dinamarca tiene algo más de la mitad de la población de Suecia, pero un estudio sugiere que había más de 1.400 mujeres prostituidas en las calles danesas. La ley ha provocado también otros cambios. Antes de 1999, la mayoría de las mujeres en la prostitución de calle en Estocolmo eran suecas. Ahora son de los países bálticos o África y han ejercido en otros países también. Éstas cuentan a los oficiales de Haggstrom que es más probable que sufran violencia en países donde la prostitución se ha legalizado. “Los hombres suecos quieren sexo oral y penetración, no más que eso”, me cuenta el policía encubierto. “Saben que tienen que comportarse o puede que sean arrestados. No quieren usar la violencia”. Es una observación fascinante porque una de las críticas a la ley era que haría más peligrosa a la prostitución. Todos los oficiales de policía suecos con los que hablé insistieron en que esto era un mito, junto con la noción de que la prostitución se volvería clandestina. “Si un putero puede encontrar a una mujer prostituida en un hotel o apartamento, la policía también puede”, observa Häggström sardónicamente. “Los chulos tienen que anunciarse”. Oficiales especialistas han sido entrenados para monitorizar internet y la policía también tiene acceso a interceptaciones telefónicas que sugieren que los traficantes ya no consideran a Suecia un “mercado” que valga la pena. “Hemos tenido casos de pinchazos telefónicos en los que los chulos dicen que no encuentran a Suecia atractiva”, continua Häggström. “Incluso si no se les arresta, arrestamos a los puteros. Están en esto por el dinero. Para mí, esta no es una ecuación difícil de entender”. Las estadísticas criminales suecas parecen avalar este argumento. En 2011, sólo dos personas fueron condenadas por tráfico con fines de explotación sexual y otras 11 por proxenetismo relacionado con el tráfico. (Al mismo tiempo, 450 hombres fueron condenados y multados por la “compra de sexo”, incluyendo a un número de turistas extranjeros). Las cifras del año pasado fueron ligeramente más elevadas: tres condenas por tráfico y 32 por el delito relacionado. Pero 40 mujeres, mayoritariamente procedentes de Rumanía, tuvieron la suficiente confianza en el sistema de justicia penal sueco como para testificar contra los hombres que las explotaban. ¿Podría funcionar la ley sueca en otros países? Noruega e Islandia han introducido leyes que prohíben la compra de sexo y el Reino Unido ha dado pasos provisionales hacia la criminalización de los puteros: ya es un delito comprar sexo a cualquier persona menor de 18 años o a un adulto que está siendo explotado por chulos o traficantes. Pero ha habido pocas condenas, lo que sugiere que lxs oficiales de policía británicxs no comparten las sólidas actitudes de sus homólogxs suecxs. Häggström está de acuerdo con Wahlberg en que la legislación no es suficiente por sí sola: “Tienes que tener recursos para imponerla. Tienes que tener oficiales de policía que salgan y hagan arrestos”. En el coche patrulla pasa algo que demuestra todo el alcance del cambio filosófico que ha afectado a hombres y a mujeres en Suecia. En una calle muy iluminada, Häggström señala a un par de mujeres rumanas que ejercen la prostitución. Mientras pienso en ellas haciendo el viaje por el puente, con un total desconocido, al aparcamiento de Skeppsholmen, Häggström se gira hacia mí. “Tener sexo no es un derecho humano”, dice en voz baja. Visita nuestro canal de Youtube con interesantes videos traducidos y subtitulados en español: https://www.youtube.com/channel/UCuDKy2DjYr3Egw6iX1h1tcQ/videos
5 Comentarios
fab
20/10/2016 08:47:32 pm
Excelente. Ojala el mundo entero adopte las mismas medidas, para que las niñas del mundo crezcan libres y las mujeres puedan desarrollarse plenamente como seres humanos que tienen derecho a una vida digna.
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Gemma García
27/10/2016 07:09:05 am
Ya es hora q de verdad de culpe y juzgue a quien se merece. Si es verdad que son detenidos todos, dando igual su escala social, chapo. Gracias.
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Fran
18/11/2016 02:48:46 pm
La legalización y normalización de la prostitución lleva más tarde o más pronto, a que en cualquier trabajo, cualquier mujer pueda recibir ofertas de este tipo, y probablemente muchas terminen aceptando para no ser despedidas. Ya se ven ofertas de secretaría, más un plus, o no digamos el mundo del trabajo doméstico. Lo cual sería un mecanismo diabólico o perverso en términos jurídicos. ¿ Aceptarían ud que su esposa, su madre, sus hijas recibieran ofertas sexuales de sus jefes, si los tienen, a cambio de un contrato, una renovación o un ascenso? Además dado la fuerte determinación socioeconómica de la prostitución está se convierte en un giro de tuerca brutal de explotación de una clase social sobre otra, que ya no solo explota la fuerza de trabajo, sino que puede acceder a las esferas más intimas y privadas de una persona, merced a la desigualdad, cada vez mayor, propia de este sistema de producción.
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Luis Manteiga Pousa
22/1/2023 07:30:12 pm
En Suecia lo que pasa, curiosamente, es que bajó tanto la prostitución femenina que ahora es mucho mayor la prostitución masculina. No digo que tenga que ver una cosa con la otra, son estadísticas.
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LM Pousa
29/1/2023 07:13:33 pm
Bueno, en realidad tiene que ver una cosa con la otra. Al bajar tanto la femenina queda por encima y bastante la masculina sin necesidad de que esta aumente.
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